Homilía en el acto de clausura

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En esta fiesta de san José celebramos con gozo la conclusión del proceso diocesano para la beatificación y canonización del padre Francisco Butinyà Hospital.

La palabra de Dios que hemos proclamado y los rasgos más importantes de la vida y misión del Padre Butinyà nos ayudan a vivir esta celebración con alegría, actitud de conversión y renovación del carisma propio de las dos instituciones, las Siervas y las Hijas de San José.

VE Y DILE A DAVID MI SIERVO…UN DESCENDIENTE TUYO EDIFICARÁ UN TEMPLO EN MI HONOR.
¿Por qué el profeta es enviado a ofrecer esta respuesta al rey David? Porque David le había comunicado al profeta su deseo de hacer un gran templo para el Señor. El rey comenta que mientras él vive en un palacio, Dios se hace presente en una tienda. Dios le responde que lo importante es lo que Él ha ofrecido a David y que el templo lo realizará un descendiente suyo.

Nosotros nos preguntamos muchas veces qué podemos hacer por Dios y esta pregunta manifiesta nuestro deseo de descubrir y cumplir la voluntad de Dios. Pero hay una experiencia anterior y fundamental en nuestra espiritualidad que es reconocer todo lo que Dios ha realizado y realiza en nosotros. La primera pregunta no consiste en lo que podemos hacer, sino en lo Dios hace por cada uno de nosotros. De este reconocimiento nace la confianza y la respuesta de amor hacia Dios. Solo quien ha experimentado el gran amor de Dios puede amarle y ejecutar su voluntad.

La narración me ayuda a valorar actitudes del Padre Butinyá.
Hombre de fe profunda que vivió con intensidad su ministerio de sacerdote jesuita celebrando los sacramentos, predicando la Palabra, aconsejando, escribiendo libros y cartas para ayudar a descubrir la voluntad de Dios, para comentar hechos de la vida desde la adhesión a Jesucristo.

También Butinyà quiso fundar una comunidad consagrada a la oración y al trabajo obrero, tomando como ejemplo el taller de Nazaret. Puso todo su esfuerzo e ilusión para hacer nacer y florecer su fundación. Las dificultades externas e internas dificultaron que pudiera gozar de verdad de sus fundaciones de las Siervas y de las Hijas de San José. Pero la semilla sembrada ha dado fruto. No siempre quien siembra puede contemplar el resultado de su trabajo.

LA DISPONIBILIDAD, CONFIANZA Y FIDELIDAD DE JOSÉ DE NAZARET.
El evangelio nos ha situado en tierra sencilla y humilde, y nos ha invitado a contemplar la tribulación de José. Todo estaba preparado para la venida del Salvador, para que Jesús se encarnara en la historia humana: María había proclamado su sí, lo llevaba en su seno; pero también se necesitaba a José para que le ofreciera su linaje y su paternidad humana.
José duda y se pregunta qué debe hacer. Será necesario que acepte confiadamente la misión que Dios le pide, y para esto ha de confiar totalmente en Dios, ha de tener el coraje de aceptar a María como esposa, para que así el hijo de Dios sea hijo de David. Con seguridad que José pensaba en otros planes y proyectos, pero escucha al Señor y acepta. José es maestro de fidelidad y de esperanza. Lo ha dado todo para que se cumpla el designio de Dios, porque se fía y no por los resultados que ve, o a las seguridades que intuye. Se tiene que fiar y basta. Es un gran creyente. La indicación preciosa de que era un hombre bueno, es de gran importancia.

Dios, para poder ser Emmanuel, Dios con nosotros, Dios cercano a cada persona, confía en la fidelidad de nuestras comunidades, de todos nosotros, a semejanza de la fidelidad de José.

Pensando en el Padre Butinyà, también podemos anotar que es un ejemplo de fidelidad y de esperanza. También un hombre bueno. Mientras realiza su actividad misionera por los pueblos de León, se deja impactar por la pobreza y miseria a la que estaban abocadas las gentes del campo. Hay que notar su clara orientación a la evangelización del mundo del trabajo, sobre todo con un libro que escribe para los trabajadores y trabajadoras y que será su obra más importante y emblemática: «La luz del menestral». Es una colección de vidas de fieles que se santificaron en profesiones humildes, precedida de una breve reseña sobre la Sagrada Familia.

Su experiencia en Francia supuso un impulso para acrecentar su preocupación por el mundo del trabajo y muy especialmente para las mujeres, puesto que se les confían los trabajos más bajos y peor remunerados. Le duele la realidad de la mujer sin cualificación laboral y expuesta a todo tipo de esclavitud. A partir de diversas experiencias se propone la evangelización del mundo del trabajo desde dentro. La concreción será el taller de Nazaret de las Siervas de San José de Salamanca y más tarde, en Calella, la fundación de las Hijas de San José.

ABRAHAM TUVO FE Y ESPERÓ CONTRA TODA ESPERANZA.
Afirmaciones del apóstol Pablo en la carta a los romanos: al encontrarse con el Dios que da la vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abraham creyó; como todo depende de la fe, todo es gracia, y apoyado en la esperanza creyó contra toda esperanza. Remarca la fe, la esperanza y la gracia.

También podemos referirnos a Francisco Butinyà como hombre de fe y de esperanza, manifestadas a lo largo de su vida, de sus obras y de su pensamiento. Ciertamente que hoy, al clausurar este proceso diocesano con toda la documentación del siervo de Dios, bien podemos proclamar que su persona y su vida han sido para la Iglesia, para vuestras instituciones y para la sociedad manifestación de la gracia de Dios.

La Eucaristía encauzaba el amor apasionado a Jesucristo que llevó a Butinyà a aconsejar la comunión frecuente y diaria, que no era costumbre en su tiempo. Que la Eucaristía sea también para todos nosotros manifestación de nuestro amor a Jesucristo y de la necesidad de alimentarnos de su cuerpo y de su sangre.

Francesc, bisbe de Girona.