El Rey que nos salva

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“Mi Reino no es de este mundo” (Jn 18, 36).

En esta ocasión, permitamos que el arte y escenas reales de nuestro mundo nos ayuden a entrar en oración. El autor de las pinturas que pueden ver en el vídeo es Oswaldo Guayasamín.

Nos hacemos cargo del dolor, el sufrimiento, el desconcierto que estamos viviendo en diferentes contextos, en los distintos países donde estamos. Situaciones personales o colectivas que nos hablan de un mundo sumergido en las sombras. Un mundo que, realmente, necesita salvación… ¿Dónde la encontraremos? ¿Quién nos ayudará?

Oramos con la Palabra de Dios:

Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres Tú el Rey de los judíos?». Jesús respondió: «¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de Mí?». Pilato contestó: «¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?». Jesús le respondió: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero ahora mi reino no es de aquí». «¿Así que Tú eres rey?», le dijo Pilato. «Tú lo dices, Yo soy rey», respondió Jesús. «Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

Jn 18, 33-37

“¿Qué has hecho?” Ante esta pregunta de Pilatos, Jesús, en aquel instante, bien pudo rememorar lo que había hecho en la vida. Quizás pasaron ante sus ojos un torrente de rostros, palabras, gestos… personas, muchas personas con las que se había cruzado… ¿Qué había hecho? Amar. Nada más. ¿Lo entendería Pilatos? ¿Esto le libraría del suplicio?

“Mi Reino no es de este mundo”. Pero este mundo necesita del Reino. Mientras la gente sufre tanto… ¡qué lejos parecen los líderes ocupados en sus luchas de poder más que en el servicio a los pobres! ¡Qué lejos también nosotros cuando nos enredamos en nuestras propias peleas de poder, aunque sea a escala doméstica!

Por eso, con Jesús, nos situamos en una clave de servicio. Hay tantas personas que se han decantado también por vivir en esa clave: cuidar al otro, trabajar con responsabilidad, cuidar del medio ambiente… Personas que apuestan por cuidar la vida, como la mayor riqueza, la mayor verdad…

“Para dar testimonio de la verdad”… Y la verdad completa es que no todo son sombras. Vamos cerrando un año complejo, doloroso, pero en el que también ha habido OPORTUNIDADES, en el que también Dios ha sido REY DE NUESTRAS VIDAS.

Y considerando esto último, podemos preguntarnos: ¿Qué momentos de luz vivimos en este tiempo?

Dejemos que las palabras del Papa Francisco nos llenen de esperanza:

«A pesar de estas sombras densas que no conviene ignorar, quiero hacerme eco de tantos caminos de esperanza. Porque Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien. La reciente pandemia nos permitió rescatar y valorizar a tantos compañeros y compañeras de viaje que, en el miedo, reaccionaron donando la propia vida. Fuimos capaces de reconocer cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes que, sin lugar a dudas, escribieron los acontecimientos decisivos de nuestra historia compartida: médicos, enfermeros y enfermeras, farmacéuticos, empleados de los supermercados, personal de limpieza, cuidadores, transportistas, hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas… comprendieron que nadie se salva solo». 

Fratelli Tutti, núm. 54

La LUZ que descubre el P. Butiñá:

«Este mundo, para que presente a nuestros ojos toda la belleza que el divino Artífice se propuso para su gloria o manifestación de sus incomparables perfecciones, no necesita menos del oficio que en él desempeñas, que del cetro que empuñan los monarcas. La gloria, pues, de cada uno está no tanto en el lustre del cargo que ejerce, cuanto en ponerlo por obra según los benéficos planes del Criador.

… te pondré primero los hechos principales de nuestro divino Salvador, que para honra y aliento de los menestrales quiso nacer, no de emperadores y reyes, como hubiera podido con sólo quererlo… sino de unos pobres artesanos, que tenían que mojar el pan con el sudor de su rostro. Sigue sus pasos… y serás feliz…»

La Luz del Menestral

Un gesto práctico:

Como gesto de esta esperanza que queremos seguir CULTIVANDO, invitamos a compartir un símbolo, que después se convertirá en una tarea para cada uno. Busquemos una pequeña plantita que nos gustaría regalar a alguna persona que sabemos que está pasando por un momento de dificultad. Al igual que en el vídeo se regalan flores, regalemos nosotros, aunque sea simbólicamente, nuestra plantita a esta persona. Para expresarlo, escribimos su nombre en una etiqueta que colocaremos en la planta y le hacemos una foto. Cuando sea el momento, lo compartiremos por el chat. 


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  1. En ese momento tan crítico para el mundo, aun podemos sonreir a la vida, Buscar fuerza en la PALABRA e cercanía de los amigos no Senhor.
    Alimentarmos de lá EUCARISTIA y ter esperanza. Lá crisis irá passar. Avante a amigos. Um pedido mas..

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