José, guía para el hombre y la mujer de hoy

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Segundo día: San José, guía para el hombre y la mujer de hoy.

 

Motivación inicial: En este segundo día de nuestra novena, recordamos a San José como modelo de de esposo y padre, hombre justo y responsable.

 Proclamación de la Palabra de Dios: Lc 2, 39-40

“Una vez cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría y la gracia de Dios permanecía con él”.

Comentario a la Palabra:

José, comprometido con María, mira a su esposa como una verdadera compañera, una madre de familia, incorporada con él a todos los derechos y responsabilidades de la casa de David. Así lo dice la Escritura: “Todos empezaron a moverse para ser registrados, cada uno en su ciudad natal. También José, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David. Allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada”.

Cada mañana, José abre su corazón a Dios. Tiene un oficio difícil. Ha de trabajar para ganar el pan de su familia y ha de enseñar a Jesús la tradición de Israel. Como todos los judíos piadosos, reza varias veces al día, prepara y celebra el sábado, participa en la sinagoga, peregrina al Templo… Se relaciona bien con los vecinos de Nazaret. Es fiel en el cumplimiento de su trabajo, es justo. Vela en silencio por los suyos… Comparte también con sus vecinos, con las familias más pobres de Nazaret.

Así lo describe el padre Francisco Butiñá, nuestro fundador:

“Trabajando con solícito afán, no sólo atendía a las propias necesidades y a las de la familia, más también como éstas eran cortas, socorría igualmente con lo sobrante a los pobres del Señor” (Glorias de San José).

Pidamos a San José tenerle siempre por modelo de padre amoroso, trabajador responsable, hombre justo y fiel. Nuestro mundo tiene una gran necesidad de personas capaces de vivir en fidelidad. Pidamos a San José el don de la perseverancia en nuestros compromisos personales, familiares, laborales y para con Dios.

  Para reflexionar y compartir:

  • ¿Cómo cuido la vida de aquellos que viven conmigo?

Oremos: Como María y José, venimos llenos de confianza a buscar, junto a ti, San José, el consuelo del que tenemos necesidad, para sobrellevar con paz y fortaleza las pruebas de nuestra vida cotidiana. Ayúdanos a guardar en el fondo de nuestros corazones ese silencio, esa paz, esa alegría que es don de Dios y que nadie nos puede quitar. Enséñanos a permanecer, como tú, abiertos a una confianza total, abiertos a la dicha de quien ha experimentado la relación filial con el Padre. Haznos disponibles a todos los hermanos que buscan un poco de descanso, paz y consuelo en el camino de la vida.

San José, guía para la gente de hoy