El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, sus discípulos le preguntaron:¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la Pascua? Y envió a dos de sus discípulos diciéndoles:

Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y donde entre decid al señor de la casa: “El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la Pascua con mis discípulos?”. Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto. Haced allí los preparativos para nosotros.
Fueron sus discípulos, entraron en la ciudad, hallaron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Cuando llegó la noche vino él con los doce.

Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y les dio, diciendo:
-Tomad, esto es mi cuerpo. Después tomó la copa y, habiendo dado gracias, les dio y bebieron de ella todos. Y les dijo:
-Esto es mi sangre, sangre de la nueva Alianza, que por muchos es derramada. En verdad os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios

Mc 14, 12-17.22-25


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