Decir tu nombre, María...
«Recuerda con qué fe y confianza María y José huyeron de Egipto para salvar al buen Jesús de la persecución de Herodes y la providencia del Señor los siguió a todas partes, en el destierro y en la patria, en las penas y en los consuelos, como acompañará al menestral prudente que descanse tranquilo en los brazos de tan buen padre».
Francisco Butiñá, «Les Migdiades del mes de Maig» (1871)
Escucha la versión musical de este poema, interpretada por el grupo Kairoi.
Decir tu nombre, María,
es decir que la Pobreza
compra los ojos de Dios.
Decir tu nombre, María,
es decir que la Promesa
sabe a leche de mujer.
Decir tu nombre, María,
es decir que nuestra carne
viste el silencio del Verbo.
Decir tu nombre, María,
es decir que el Reino viene
caminando con la Historia.
Decir tu nombre, María,
es decir junto a la Cruz
y en las llamas del Espíritu.
Decir tu nombre, María,
es decir que todo nombre
puede estar lleno de Gracia.
Decir tu nombre, María,
es decir que toda suerte
puede ser también Su Pascua.
Decir tu nombre, María,
es decirte toda Suya,
Causa de Nuestra Alegría.
Pedro Casaldáliga