Getsemaní

Estate Señor conmigo,

siempre sin jamás partirte.

Y cuando decidas irte,

llévame Señor contigo.

Porque el pensar que te irás

me causa un terrible miedo,

de si yo sin ti me quedo,

de si tú sin mí te vas.

Liturgia de las Horas

Antes del sufrimiento físico, Jesús vive un intenso sufrimiento moral. Es la pasión del corazón, el momento de profunda oscuridad y soledad en el que, a veces, nos encontramos sumergidos, sin saber muy bien si lo que estamos viviendo, si lo que estamos sacrificando tiene sentido, si dará fruto, si servirá para algo… Por eso, al entrar en Getsemaní, comenzamos a pedir la comunión de sentimientos con Jesús: que podamos entrar en la pasión de su corazón.

PALABRA DE DIOS

Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos:

– Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Se llevó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo:

– Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.

Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que, si fuera posible, pasara de él aquella hora. Y decía: «¡Abba, Padre!, todas las cosas son posibles para ti. Aparta de mí esta copa; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú». Vino luego y los halló durmiendo, y dijo a Pedro:

– Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué  responderle. Vino la tercera vez, y les dijo:

-¡Dormid ya y descansad! ¡Basta, la hora ha llegado! He aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos! ¡Vamos! Ya se acerca el que me entrega.

Mc 14, 32-42

Contempla…

Pasión del corazón… En su agonía, Jesús entrega su proyecto de Reino. ¿Qué pasará con el Reino cuando Él no esté? ¿Están preparados sus discípulos? Les ha dicho: “Ya no os llamo siervos, os llamo amigos…” ¿Pero han comprendido la lógica del Reino?   De momento… lo han dejado solo… Humanamente, Jesús pudo sentir un grandísimo dolor porque el Reino no está llegando como Él lo había previsto.

El Reino llegará como Dios quiera, cuando Dios quiera… Jesús entrega y confía. Jesús va a morir en la pura fe.

Imagina el monte de los Olivos, escucha la oración de Jesús… Pide sentir “dolor con Cristo doloroso”…  y permanece,  aunque te canses, aunque te duela, aunque no comprendas la razón… Confía en que el simple hecho de permanecer junto a Él, en este momento, te hará un bien inmenso.

Y mientras permaneces… recuerda las preguntas que seguro ya te hiciste en alguna otra ocasión:

¿Qué hago yo por Cristo?

¿Qué he hecho por Cristo?

¿Qué voy a hacer por Cristo?