Orar con jaculatorias

La palabra jaculatoria significa “lanzar al cielo”, por lo que cada jaculatoria es una oración breve elevada a lo alto. Las jaculatorias nos ayudan a orar en todo momento, a mantener la presencia de Dios durante el día.

Las jaculatorias constituyen un medio sencillo de encuentro con Dios en la vida cotidiana, un modo simple y concreto de hacer de la vida un canto y una oración. Algo así como respirar en y desde Dios, para crecer en humanidad, para sintonizar nuestro corazón con la frecuencia del amor de Dios compasivo, misericordioso, fiel, que siempre nos sale al encuentro.

En los devocionarios que escribe pensando en ayudar espiritualmente a los trabajadores de su tiempo, el Padre Butiñá propone muchas jaculatorias. He aquí una pequeña muestra:

“¡Oh José, esperanza mía, hazme pacíficamente activo en el servicio de Dios!” (Visitas a Jesús Sacramentado, pág. 111)

En los inicios de la Congregación, Butiñá compuso un total de 72 jaculatorias, 12 por cada día laboral, para ser rezadas en el Taller. Todas están basadas en textos evangélicos, de manera que estas oraciones breves, proclamadas en medio del trabajo cotidiano, eran una forma de recorrer contemplativamente la vida de Jesús.

Junto a otros medios, las jaculatorias ayudaban, de modo muy concreto y significativo, a avanzar hacia el fin que Butiñá había propuesto a todas las moradoras del Taller, hermanas y laicas. Este fin era santificarse conjuntamente por medio de la piedad y el trabajo religiosamente hermanados, una meta que para nosotros, Familia Josefina del siglo XXI, sigue siendo muy inspiradora.

Entresacamos algunas de estas jaculatorias:

Por el amor inmenso con que la Santísima Trinidad decretó vuestra Encarnación adorable para la salud del mundo…”

Respuesta: “Aceptad nuestro trabajo como prenda de amor y tributo de alabanza” (esta misma respuesta se repite en todas las jaculatorias).

Por la reverencia con que luego de nacido, os adoró María y os envolvió en limpísimos pañales…”

Por la santa diligencia con que os entregasteis al trabajo, ayudando a San José en el penoso oficio de carpintero y a María en las más humildes faenas de la casa…”

Por el dulce consuelo con que vuestro Padre celestial se complacía en Vos cuando crecíais en sabiduría y gracia en su divina presencia para estímulo de los hombres…”

R: Aceptad nuestro trabajo como prenda de amor y tributo de alabanza.

Te invitamos a repetir esta jaculatoria una y otra vez, acompañando la oración con tu respiración. Deja que resuene en tu corazón…

 

SUGERENCIAS PARA LA ORACIÓN:

Elige tu propia jaculatoria a partir de los textos de la Escritura. Busca en aquellos que te resulten conocidos o que, en algún momento de tu vida, hayan sido especialmente significativos para ti. Se trata de seleccionar una frase, ponerla por escrito, tenerla bien visible en tu lugar de trabajo, en tu habitación, recordarla durante el día.

También puedes inventar alguna jaculatoria desde tu experiencia personal.

Regala a esa persona que encuentres en tu camino (trabajo, estudio, familia…) una jaculatoria para rezar y explícale en qué consiste este sencillo modo de llegar a Dios.

Escribe tu propia jaculatoria. Para ello, puede ayudarte algún texto que conozcas de la Palabra de Dios.