Días de oración en los Talleres de Nazaret

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Del 19 al 31 de julio, invitamos a los miembros de Talleres de Nazaret a participar en una experiencia de oración on line inspirada en los Ejercicios de San Ignacio. Los participantes se comprometían a reservar un tiempo para la oración personal, y otro para recoger la experiencia y compartirla con los demás a través de whatsapp. Fueron muchas las personas que se apuntaron (más de 200). Establecimos un horario, tanto de envío del material como para compartir y, desde el Equipo de Pastoral, estuvimos atentos a lo que  las personas expresaban, con el fin de poder recoger, cada tarde-noche, la experiencia del “extenso” grupo, tanto en número de participantes, como en diversidad de lenguas y nacionalidades. Aquellos días, nuestro pequeño espacio de internet hizo las veces de “capilla comunitaria”, en la que poder expresar, de manera sencilla, la experiencia de Dios, a través de una foto, una palabra, una frase, una secuencia de video, un audio… que se iban uniendo a los de los demás. Y creemos que, porque el Espíritu Santo acompaña siempre, tuvimos la suerte – o la gracia- de descubrir la novedad de su PRESENCIA y su acción, la novedad en su forma de expresarse en las personas y ser cauce de motivación para la vida cotidiana.

Ahí vais a ver que nuestro lema era “Convertir la vida cotidiana en lugar de encuentro”. A ello apuntan tantas enseñanzas de nuestro Fundador que, naturalmente, estuvieron muy presentes a lo largo de estos días de oración. Al ser Butiñá un hombre modelado por la espiritualidad ignaciana, para cada día de oración pudimos encontrar una referencia en alguna de en sus cartas, de sus libros, o en su modo de vivir la vocación y la misión.

NUESTRA IMPRESIÓN DESDE EL EQUIPO DE PASTORAL

La verdad es que todo esto empezó como “una pequeña cosa”. Un día, en el Equipo de Pastoral, quedamos, a través de internet, para hablar de cómo estábamos viviendo estos tiempos de confinamiento y pandemia… Ahí se lanzó una “pequeña idea”, hacer alguna cosa… por si sirve… Pero, al momento, todos fueron manifestando interés, entusiasmo… y alguien propuso: ¿y si lo hacemos juntos? Empezamos a ilusionarnos, a dar forma a esta idea, a ampliarla, a creer que podría tener acogida entre la gente… Era un gran desafío compaginar horarios, idiomas, ritmos… Y la tecnología… ¿iba a funcionar? ¿Sería una complicación? Pero había que arriesgarse. Y, en cuanto comenzamos, tuvimos la certeza de que esa pequeña idea, propuesta de manera tan simple, se convertía en algo prometedor.

¿Qué es lo que más valoramos en estos días de oración?

Hemos disfrutado mucho. Algunas personas de Talleres nos escribían diciendo: “están trabajado mucho”.  Es cierto, invertimos muchas horas. Pero fue un placer dedicarnos al trabajo y a la escucha del “grupo”. Cada día estábamos como a la expectativa, preguntándonos cuál sería la sorpresa de hoy. A medida que los mensajes de la tarde-noche iban llenando el grupo de whatsapp, nosotros nos preguntábamos como recoger la experiencia, como ponerla simbólicamente en el corazón de Dios y en el centro de esta COMUNIDAD virtual que, por unos días, estábamos formando.

Hemos rezado…  Nos hemos emocionado con la experiencia que los participantes compartían cada día. Hemos visto colmadas todas nuestras expectativas. Todo lo que podemos hacer es AGRADECER la participación de todos, que ha hecho posible, al sumarse, una a una, todas las “voces virtuales”, que se cumpliera algo que es muy propio de Nazaret: que las cosas pequeñas se convierten en algo grande. Es esa PEQUEÑEZ Y GRANDEZA DE VIDA en la que Dios se hace presente.

Hemos descubierto nuevas posibilidades de comunicación y encuentro. Podemos y queremos seguir comunicándonos, sintiendo que es posible promover este espacio en común en internet. Como todo, tiene sus dificultades… pero también ofrece oportunidades para crecer en comunión, sentirnos unidos en el Señor, unidos en el Taller.

Tal como se propone en el proceso de los Ejercicios Espirituales, dedicamos los últimos días a contemplar a Cristo Resucitado, Señor de todo, Señor de la Historia y del Universo. Hoy podemos alabarle como Señor del espacio y del Ciberespacio, que se hace presente entre nosotros, que convierte nuestra vida cotidiana en LUGAR DE ENCUENTRO.

Equipo de Pastoral FSJ

ALGUNOS TESTIMONIOS DE LAS PERSONAS QUE HAN PARTICIPADO

Son muchos. Valoramos y agradecemos esta buena disposición para compartir lo que estos días hemos vivido. Vale la pena “escucharlos” todos, en su diversidad y viveza.

Quisiera ofrecerles un recorrido por lo que han sido estos días de oración y de ENCUENTRO en la vida cotidiana. Para empezar, nos han ayudado a estar dispuestos al Don, con el aliciente de entrar en contacto con esas caritas de tan lejos y, a la vez, tan cerca, con las que compartimos un mismo pensar y sentir. Pudimos descubrir el Principio y Fundamento en frases que, al cabo del día, resuenan gozosamente en nuestro corazón. Nos hemos sentido perdonados en la mirada de Jesús y llamados a vivir el Taller en la Familia de Nazaret. Hemos recordado a muchos Santos de la vida cotidiana, que nos enseñan a crecer en amistad con Jesús, en especial a San José, al que tantos piropos le dedicamos. De su mano entramos en Nazaret, contemplando a Jesús en su vida oculta, de tanta entrega, hermanando oración y trabajo en su Taller, muy conmovedor.

En nuestra misión como Josefinas/os Laicas/os nos confirmamos escuchando el Evangelio en las voces de muchos compañeros y compañeras de distintos países; cantando como amigos canciones del recuerdo, desconocidas para mí, pero tan numerosas que no tendría tiempo para escucharlas en un solo día, y que hoy forman parte de mi repertorio de música para encontrarme con el Señor.

Como amigos de Jesús, llevamos a la Eucaristía todo lo que forma parte de la vida. Con nuestros sufrimientos y alegrías, nos unimos a la pasión de nuestro Señor, escuchando cómo resuena, por encima de todo, la palabra AMOR, hasta que llega a inundarnos la luz de la Resurrección. Resultó muy emotivo ver cómo, a pesar de las distancias, unos a otros podemos pasarnos la luz. Nuncia hubiera podido imaginar algo así.

Brotan miles de formas de dar gracias, no sólo a Dios, sino también a la participación de todos y al gran esfuerzo para prepararlo todo, de manera que haya sido posible este encuentro virtual. Siempre soñé con un encuentro internacional. Aquí y de esta forma sencilla fue posible.

Al final, ahí estaba intentando que mi pequeño avión de papel alcanzara en un abrazo a todos. Así fue reflejado en un corazón, con todos los avioncitos de papel confeccionados por los compañeros. Para mí, un perfecto perfil, que tanto mensaje tiene.

En nuestros encuentros de zoom, quería ver todas las pantallas a la vez, todos los hermanos de Talleres,  pasando, volviendo a pasar, para brindar con todos. Resumiendo en una frase: “Todo lo NUEVO y bueno viene de Dios”

Vicky, Talleres de Pulpí (España)


El encuentro fue muy enriquecedor. Las actividades de cada día nos llevaron a la contemplación, a la oración y al agradecimiento profundo por la obra de Dios y por su amor infinito. Vivir Nazaret con nuestros hermanos en la fe y ponerles “rostro”, gracias a las reuniones a través de internet, afianza nuestro amor hacia el carisma y el agradecimiento por ser llamados a vivir una vida diferente, una vida de oportunidad. Esta experiencia, a través de los textos que hemos orado, me ayuda a comprender que construir el Reino de Dios es vivir con el estilo sencillo y humilde de Jesús, con amor por todo y por todos; entender que nuestros defectos y limitaciones antes de alejarnos, nos acercan cada día a Jesús, humanado en Nazaret.

Este encuentro fue muy productivo para mí. La llama de la fe se va quedando tibia por momentos, y estos encuentros avivan nuestra llama, la mía y la de mis hermanos. Su fe me ayuda a crecer en un soplo de vida, un despertar, una sacudida. Gracias por invitarme a ser parte de esta Familia Josefina.

Ángela Bibiana Jiménez, Talleres de Pulpí (España)

Voy a tratar de resumir mi experiencia de estos días de oración, compartida y vivida con tantísimas personas de tan distintos lugares, unidos por un mismo sentir: nuestra fe y nuestro amor a Jesucristo Resucitado.

Los meses pasados, y todavía en la actualidad, hemos vivido algo insólito: la paralización del mundo entero por causa de un virus terrible, la pérdida de ancianos, las familias deshechas, sanitarios que han dado su vida por intentar salvar la de otros, etc. De pronto, a unas hermanas se les ocurre “ponernos en comunicación” para orar juntos. Esto es lo que necesitamos: rezar unos por otros, ayudar, servir, consolar, y olvidarnos de nosotros mismos para volvernos hacia los demás. La oración ha serenado mi alma y confortado mi espíritu. No se puede vivir la vida dejándola pasar sin más, hay que implicarse y dejar algo escrito en ella antes de partir. 

Elena, Talleres de Azagra  (España)

Para mí, el encuentro de oración de julio ha significado la oportunidad de reconectarme al Servidor (como decía un lema de Pascua hace años). En la vorágine de mi día a día (tengo dos niños pequeños), pocas veces (o ninguna) tengo el tiempo suficiente de hacer silencio. Pero con las pautas propuestas en el encuentro de oración, me reafirmo en mi Misión, que ahora está inmersa en mi familia, en transmitir y llevar a mi día a día, en todo lo pequeño y cotidiano, los valores de Nazaret.

Es bonito ver cómo tanta gente de tantos lugares distintos estamos unidos por Jesús de Nazaret, que nos convoca, por unos valores que tanto observó el Padre Butiñá en la Sagrada Familia.

En definitiva, creo que ha sido una experiencia muy bonita y enriquecedora, sin duda, para repetir. Agradezco al Equipo de Pastoral la dedicación para prepararlo todo y hacérnoslos llegar en un formato diferente. Y gracias también a las hermanas que me invitaron, a todas las que, desde el principio, han estado en mi camino dándome luz.

Rebeca, Talleres de Nazaret de Zaragoza (España)

Mi experiencia de este encuentro ha sido maravillosa. He vuelto a renacer. El solo hecho de ver como tantas personas, tan distintas, estamos en la misma sintonía, viviendo la misma vocación, me ha dado un gran impulso para continuar caminando. Ha aumentado la fe y, también, mis fuerzas para vivir en el día a día. Mi corazón estaba un poco frío y, gracias a esta experiencia, arde de ilusión, esperanza y alegría. Ha sido una gran idea. Gracias a todos los que lo han hecho posible.

Manoli, Talleres de Jerez de la Frontera (España)   

Nuestra experiencia en el grupo de oración fue muy bonita, porque además de estar meditando las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, compartirnos nuestro sentir y conocimos diferentes personas de otros países. Aunque a la distancia, eso nos llenó de alegría. Gracias por darnos está oportunidad y ojalá no sea la única.

Luz María y Vicente, Talleres de Tuxtepec (México)

Con alegría nos reunimos una vez más para compartir la riqueza de experiencias proporcionadas por la intensa semana de oraciones, recordando los ejercicios de san Ignacio y la palabra profética do Padre Butiñá.

Para el grupo Talleres de Nepomuceno, la alegría no cabe en el corazón y se desborda de buenos deseos de seguir profundizando. Agradecer es un don que tiene el corazón en sus manos.  Y eso es lo que sentimos al participar en toda esta maravilla de la experiencia carismática de Josefina.   Cada detalle, cada reflejo, cada sonrisa dispersa, cada deseo de transmitir lo mejor de uno mismo, tocado por el amor de Dios, fueron aspectos experimentados y acariciados por la presencia de la comunión y de la fraternidad.

Agradecer a la Congregación el compromiso en este hermoso proyecto, la dinámica del equipo en preparación y a todos los que participaron, porque la comunión fue posible, especialmente en este tiempo de pandemia, donde el dolor nos hace correr en los brazos de Jesús, que nos consuela con su presencia amorosa.

Esperamos con interés la próxima oportunidad de revisarnos a nosotros mismos, para que nuestros lazos sean más fuertes. Muchas gracias por la oportunidad de crecer como una familia Josefina.

Ana María, Estela, Isabel Cristina, Marly, Aparecida de Fátima, Gilson y Hna María José, Talleres de Nepomuceno (Brasil)

Aún vivo bajo el efecto de la experiencia con los grupos Talleres y el equipo móvil. Una experiencia difícil de explicar, pero es posible compartir la alegría de convivir con Jesús humanado en Nazaret. Me he sentido muy a gusto de recibir y retribuir. El compartir la alegría, la esperanza, el conocimiento interno… La invitación de Ignacio para en todo amar y servir y de Butiná para vivir el Evangelio del trabajo… Muy rico. Momento inolvidable el transmitir a los demás la Luz de Cristo Resucitado, a través de la llama. Una palabra: Gracias!

Marly Teresa Militani de Carvalho Taller de Nepomuceno (Brasil)

Mi experiencia en estos días oración ha sido muy reconfortante y, a su vez, emocionante, sobre todo porque conocí muchos rostros nuevos, que reflejan el amor de Dios derramado en nuestros corazones. Cada día, ya desde muy temprano, provocaba en mí la inquietud por saber cuál sería la propuesta orante del día y, por ello, me levantaba a las 5:00 am. Y ya lista, en oración, meditando los cantos y los textos, recibía una paz interior que me hacía retroceder en el tiempo para descubrir con admiración tanto que Dios me ha dado y, al mismo tiempo, reconocer lo frágil y débil que soy.

Fueron días llenos de muchos sentimientos, en los que la gracia y el momento de contemplación hicieron  posible una mirada distinta a mi entorno. En todo lugar y momento sentía la presencia de Dios custodiándome. Siento que estos días de oración llegaron justo en el momento en el que me encontraba con mucho temor, miedo y tristeza ante todo lo que acontece y, al leer las frases de San Ignacio de Loyola y de Francisco Butiña, volví a sentir confianza. Las cartas de estos amigos ejemplares estaban ahí, así como el Amigo fiel que nunca falla, que motiva e impulsa a seguir adelante, hablando al oído como un viento que sopla muy suavemente.

Y aún más, los mensajes que compartían los hermanos del grupo de la Familia Josefina, donde hay unidad, fortaleza, sentido del humor, expresan una espiritualidad que se expande por muchos lugares. Me llené de mucho gozo y alegría por lo grande y trascendente que es mi Señor. Caminar con estas experiencias vividas, bien gravadas en mi mente y corazón, me ha servido de mucho. Me es de mucha ayuda este equipo de intercesión que es ahora la Familia Josefina.

Los misterios de Dios son hermosos. Desde nuestra vida diaria podemos experimentar la grandeza del Señor. Me siento muy agradecida por el Equipo que hizo posible este encuentro, adaptado a los nuevos tiempos. Gracias por aportar lo mejor para que la evangelización llegue a todos los laicos. La Palabra de Dios no tiene límites ni fronteras, y podemos ir abriendo caminos, puertas y ventanas para que el Espíritu Santo vaya obrando en cada uno.

Marly, Talleres de Tuxtepec (México)

Primero que nada, siento gran gozo en el corazón, porque Dios me eligió sin merecerlo para vivir esta oportunidad. La evangelización de Francisco Butiñá, a través de esas enseñanzas contenidas en sus cartas y en sus libros, sigue vigente en la actualidad. Las melodías, las frases que se compartían, desde lo más profundo, y  que eran muchas… El corazón se desbordaba de alegría por saludar, ver, escuchar, poder entablar una conversación con personas completamente distintas en nuestros rasgos, lengua, cultura, etc. pero unidas por el amor a Dios y hermanos, por la alegría de seguir a Jesús. Había momentos en que se sentía que era una FIESTA mundial, donde todos llegábamos y disfrutábamos el momento de compartir esta experiencia maravillosa. Serían necesarias muchas líneas para expresar el gran amor que Dios me manifestó en esos momentos. Pero este compartir marca un antes y un después. Siento que ha sido un momento clave, en el que la “lejana” Familia Josefina se visitó por unos momentos y los lazos de hermandad se reforzaron. Agradezco que me invitaran a ese pequeño y pobre taller, donde labora y canta la esposa del carpintero, y ahí estuvimos por un momento….queriendo aprender cómo se vive la fe en el Taller de Nazaret, descubriendo la cercanía de Dios en el silencio interior. Me encanta está experiencia.

Alma, Talleres de Tuxtepec (México)

Muy agradecida, ya que en esos días estaba pasando por momentos tristes, al saber cómo mis compañeros estaban enfermando de coronavirus y algunos fallecían. Espiritualmente estos días de oración, que viví como un retiro, levantaron mi fe y esperanza. Estoy muy agradecida por pertenecer a la Familia Josefina, doy gracias a Dios que puso cerca de mi camino a las hermanas y por haber conocido la vida del padre Butiñá, un ejemplo a seguir, para apoyar a mis pacientes con amor y cariño…

Alma Bautista, Talleres de Tuxtepec (México)

Para mí el encuentro de oración fue una experiencia enriquecedora y renovadora, a pesar de que al comienzo, me parecía una novedad difícil y complicada. Han sido momentos que se quedarán siempre gravados en mí memoria, porque fueron vividos con mucha intensidad y gozo. Los grupos de Talleres de los distintos países, los temas, oraciones y todo el material que teníamos para reflexionar y compartir fueron de muchísima ayuda para crear comunión y hacerla crecer con el pasar de los días. Parecía imposible que personas de países tan lejanos y culturas tan distintas fueran capaces de vivir la fraternidad a través de la moderna tecnología. Pero, como ya decían, la fe no tiene fronteras, principalmente cuando somos alimentados por un mismo carisma y espiritualidad.    

Me parece que la experiencia puede ser repetida otras veces, incluso de manera presencial, porque el resultado fue muy positivo.

He podido rezar y contemplar también por medio de las imágenes y fotos, muy bonitas. El compartir me ayudó mucho porque aumentó los lazos que nos unían como grupo. Por eso agradezco a mis hermanas y hermanos de la Familia Josefina, por tantas luces que, a través de sus manos, me han llegado.

Doy gracias a la Sagrada Familia de Nazaret por todo lo que he percibido en el Equipo: atención, entrega, preocupación, amistad, unión, etc.  ¡Que Dios os bendiga! ¡Gracias a todos, por todo! ¡Que permanezcamos siempre unidos por la oración!

Hna. Edivalda Oliveira da Silva fsj, Talleres de Jacarepaguá (Brasil)

Para mí fue una experiencia muy enriquecedora, lo viví como un verdadero retiro, al tomarme las tardes a solas con Jesús, José y María en su Taller, en su hogar, en Nazaret. Cada día Dios me hablaba con cada lectura y en cada oración me dio ánimo, me hizo ver que aunque todo se torne oscuro, siempre está su luz para acompañarme y guiarme. Me hizo tomar conciencia de que, a kilómetros de distancia, pero tan cerquita de mi corazón, hay hermanos compartiendo el mismo carisma, la misma fe, me mostró una vez más la inmensidad de su amor. Él nunca nos deja solos, somos nosotros los que nos alejamos, a veces. Pero Él siempre tiene un abrazo de bienvenida que me espera a mí, a nosotros. Me llenó el alma.

Laura Medina,  Talleres de Fontana (Argentina)

“Nos encontramos totalmente penetrados de la inmensidad Divina” (F.Butiña). Eso fue lo que me sucedió y me sucede, tener la certeza y confirmación de que Dios está en todo y en todos, descubrir la presencia amorosa de nuestro SEÑOR en una palabra, en una frase, en una canción, en los hermanos que están cerca y en aquellos que están lejos, que los vi por primera vez, a través de una pantalla, gracias internet. Procedentes de países lejanos, con otros idiomas… pero Él nos unió como solo Él sabe hacerlo: con amor, con alegría, con esperanzas. Fueron días de tantas cosas compartidas que quedan repicando en mí. Los viví a pleno pulmón y sucedió aquí, en lo cotidiano de mi hogar. Una vez más pude hermanar oración y trabajo como nos enseña este carisma tan hermoso que nos dejó el P Butiñá.

Aidé, Talleres deFontana (Argentina)

Fueron muy lindos días, hermosas palabras, imágenes… Estuve atenta a cada mensaje que escribían mis compañeros, los leí todos, me ayudaron mucho en los momentos difíciles que estábamos  pasando; hubo muchos mensajes de paz, de amor, solidaridad… ¡¡Gracias por todo lo vivido fue muy lindo y fortalecedor!!

Laura Romero, Talleres de Fontana (Argentina)

Para mí los días de oración fueron enriquecedores: todas las oraciones, el compartir con los demás, estar en contacto… Fue muy lindo y en un momento justo, dónde estamos pasando una locura… Simplemente gracias al Señor y a la comunidad, porque esto va a dar muchos frutos.

Nilda Galeano, Talleres de Fontana (Argentina)  

Gracias, Familia Josefina, por hacernos partícipes de este gran encuentro con Jesús, que ensanchó mi corazón, me llenó de alegría, sueños y agradecimientos… No tengo palabras para  explicar lo que he ido  guardado en mi corazón, son huellas imborrables… Con el espíritu renovado para salir a contagiar el estilo de vida de Nazaret.

Cristina, Talleres de Fontana (Argentina)

Fue un encuentro para renovar nuestro carisma, para acrecentar nuestra fe y, sobre todo, unirnos más en el amor, la amistad con Jesús de Nazaret…Nos hacía falta. Lo viví con mucha intensidad y agradecimiento.

Selva, Talleres de Fontana (Argentina)

Me gustó mucho. Tantas comunidades unidas y la alegría de los hermanos me ayudaron mucho a sentir a Dios presente en medio de nosotros.

Olga Frechy, Talleres de Fontana (Argentina)

Hoy quiero dar gracias a Jesús, José y María por iluminar a nuestros guías de Talleres, y haber hecho realidad el encuentro “Oración Julio 2020” a nivel mundial. Fue emocionante reconocer algunos integrantes, banderas, ideas, canciones y poder ahondar en valores como el amor, la amistad y la misericordia; también en el significado de la Eucaristía, Luz y Vida. A través de esta experiencia he comprobado que todos nuestros Talleres vamos por un mismo camino, un mismo carisma y una misma fe. Todos juntos, tras la huella inolvidable de Jesús y de nuestros Fundadores, que nos han mostrado la vocación josefina. Es necesario el fortalecimiento espiritual, dando continuidad a la comunicación constante, favoreciendo la UNIÓN de la Familia Josefina alrededor del mundo.

Luz Estela, Talleres de Bogotá (Colombia)

La experiencia de estos días que me llevaban a vivir Nazaret en el día a día, fue algo maravilloso. Unirnos como Laicos Josefinos, enamorados de la Espiritualidad Josefina, es una experiencia especial. Nos une un mismo Espíritu. Hay que seguir dejando que este río siga corriendo, encontrando en su camino personas que están bebiendo del mismo manantial.

Soledad Rojo, Talleres de Medellín (Colombia)

En esta experiencia, pude vivir dos caras de la moneda. Fue muy impresionante. Por un lado, la oración personal y familiar, compartiendo con la comunidad josefina en toda su diversidad. Esto lo describo como algo sin igual, sorprendente y ojalá repetible, que brindó un respiro cargado de oxígeno a nuestras almas. Por otro lado, vi como mi querido esposo Mauricio, junto al Equipo de Pastoral, andaban cada día cargados de una energía super-humana, para hacernos llegar el mensaje añorado. Se veía esa acción viva del Espíritu Santo, que me dejaba ver esa ”locura” llenita de Dios. Fue muy interesante y divertido a la vez, como ese negarse al descanso, o ese dar su máximo hasta reventar, siempre acompañado de contagiosas carcajadas. Creo que el Padre Butiñá también estaría así… Gracias a Dios, gracias al Equipo de Pastoral. Y un gracias especial a Mauricio, mi amado esposo.

Caro, Talleres de Bogotá (Colombia)

Nuevamente Nazaret nos da la oportunidad de cambiar como personas, ser mejores, dejándonos acompañar por Jesús e iluminándonos con las palabras del Padre Butiñá. Pero eso no es lo más sorprendente, lo más movilizador es la habilidad de nuestros Talleres para adaptarse y llegar a nosotros a pesar de las adversidades. No nos dejan solos ni solas, siempre encuentran la manera de reunirnos bajo su cobijo. Es claro que siguen el ejemplo del Padre Butiñá, hombre creativo y adelantado para su época. Utilizando la tecnología actual, quienes organizaron este grupo, lograron unir a los Talleres de todo el mundo… El corazón estalla, la cabeza no logra procesarlo, solo a la luz de la oración puede entenderse.  Ahora nos queda mantenernos unidos como la Familia que somos; nos unen la fe, el carisma y las ganas de volver a encontrarnos, para ver a Jesús en la mirada del otro.

Adriana, Talleres de Burzaco (Argentina) 

Hermosa experiencia compartida como Talleres y comunidad josefina. Me alegró los días, me ayudó a desconectarme del quehacer diario para conectarme con mi interioridad y con Dios de manera especial. El cartel lo dice todo, una de las imágenes es de mi querido colegio “San José”, mi segunda casa.

Gracias a cada uno de ustedes por abrirse a esta propuesta, fue muy rica en vida hecha oración,  compartida en torno a lo que Butiña pensó hace tanto tiempo y hoy nosotros tenemos la dicha de vivir y construir. Gracias a Dios que es tan grande en amor y misericordia por regalarnos esta oportunidad de encuentro tan especial. Gracias al Equipo de Pastoral que dio “todo” para presentar una propuesta tan cercana, llena de Dios y del espíritu josefino. Gracias a Mamá María que camina con nosotros.

Con la certeza de que continuaremos creciendo en torno a los tres de Nazaret, rezo por cada uno ustedes y sus intenciones. ¡¡Qué Dios los bendiga!!

Vivi, Talleres de Burzaco (Argentina)

Comparto mi reflexión sobre la maravillosa experiencia del encuentro ignaciano vivido con nuestros hermanos del Taller de aquí, de allí y de allá y con las hermanas de la Congregación que siguiendo los pasos y enseñanzas del Padre Butiñá nos contagian su espíritu josefino.

¡Gracias Señor! Por la oportunidad de vivir en Ti, movernos en Ti y existir en Ti. Y así nos encontró Jesús, de una manera sencilla, de una manera diferente, hermanados en la oración y en el trabajo. No había edades, ni idiomas diferentes y las banderas tomaban vida y se agitaban como guirnaldas al viento cuando, día a día, retomábamos el camino agradecidos, alegres y deseosos. Nada nos frenó: ni el horario, ni la dificultad de los medios, ni el covid. Hemos trascendido fronteras, hemos cruzado grandes espacios de agua, y en un abrir y cerrar de ojos, cubrimos grandes distancias, en todos los sentidos, para reunirnos, para encontrarnos y conocernos, para abrazarnos y acompañarnos, para reflexionar, compartir, disfrutar, emocionarnos con lágrimas en los ojos y hasta mariposas en el estómago, para cantar y, en comunión, iluminar el sentido de haber elegido a Nazareth como camino que alienta al encuentro en nuestras vidas, nuestros trabajos y nuestros destinos.

Nos dice el Padre Butiñá en “La luz del menestral”: “Aliéntate, pues, obrero cristiano, porque puedes ser un santo, y un gran santo”… ”Ama, pues, con santo orgullo la profesión a que Dios te ha destinado; trabaja por desempeñarla como de ti espera el Todopoderoso, y con esto llegarás a un grado de santidad superior al que te imaginas”…

Adriana Gandolfi, Talleres de Burzaco (Argentina)

Quisiera compartir la maravillosa experiencia vivida en los días de oración. Aún resuenan en mi corazón el susurro de las palabras de Jesús, AMIGO, SALVADOR, con el que fui teniendo durante los días de los Ejercicios, una relación más íntima y cercana. Él siempre está, de hecho recordé cómo me auxilió y acompañó en momentos muy difíciles de mi vida, en los que me llegué a sentir en un pozo, pero Él estaba allí presente, acompañándome, mirándome, guiándome, tendiéndome una mano. Siempre pienso qué sería de mí si no tuviera la certeza de que Jesús es mi amigo y me ama. 

En estos momentos de pandemia, de tanta incertidumbre, fue más que oportuno vivir este tiempo de reflexión. Fueron días de renovación, de respirar otro aire, de revivir la ESPERANZA, de confirmar QUE JESÚS NOS ACOMPAÑA Y PROTEGE. Cada mañana esperaba ansiosamente las lecturas, los cantos, las consignas de trabajo del día, así como la hora del encuentro (en mi país las 16:00 horas) para conectarme con todos los Hermanos de Nazaret, con mensajes, cantos, fotos…En todos advertía esa misma ALEGRIA DEL ENCUENTRO. Las reuniones por zoom, en las que tuvimos la posibilidad de trabajar en grupos, fueron experiencias increíbles… Sabernos parte de una gran familia, LA FAMILIA DE NAZARET, en la que reafirmé mi vocación de SERVICIO, a través de la escucha atenta al que lo necesita o de ofrecer una palabra de aliento.

Una palabra que resuena en mi corazón es el AGRADECIMIENTO POR ESTA OPORTUNIDAD de vivir los Ejercicios. GRACIAS a la Congregación, a las Hermanas que pasaron y pasan por mi vida, que han dejado su sello en mi formación desde muy pequeña.  Gracias al Equipo de Pastoral, en el que se advirtió una impecable organización y por sobre todo GRAN AMOR Y PASIÓN. Cada detalle, cada actividad planteada, cada gesto fueron una gran MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS.

Cristina Cima, Talleres de Nazaret de Burzaco (Argentina)

Un año atípico, donde los planes que tenía todo el mundo han sido modificados de diversas maneras, donde hemos visto la solidaridad en su máxima expresión y lo débil que es el mundo ante una situación así. La pandemia marcará nuestras vidas. Pero en todas las tinieblas o tormentas hay un rayito de luz, una OPORTUNIDAD, como dice el lema de este año de la Familia Josefina. Una oportunidad que solo te brindan situaciones así: la oportunidad de encontrar a Jesús no por las calles o los barrios como lo hacíamos antes, sino en nuestros pequeños talleres, en nuestras  familias,  en nuestro entorno de todos los días, practicando la tolerancia, la paciencia y diversas formas de mostrar amor, día a día, a nuestros seres queridos.

Cuando supe que se ofrecían estos días de oración basados en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio y en las enseñanzas de Butiña pensaba que sería lindo. Pero, como siempre, Dios sobrepasa nuestras expectativas. No solo fue una experiencia linda, sino también muy necesaria, que te remueve muchas cosas, donde ves que algo estaba faltando en tus oraciones… Me ayudó además a sentir más pertenencia a esta gran Familia que somos. Fue muy enriquecedor y muy fortalecedor ver que estamos en todo el MUNDO, con diversas culturas y lenguas. Sí sabíamos de la existencia de todo eso, pero en esta ocasión sentí con más certeza esta existencia.

Ver, escuchar y emocionarse en cada uno de los momentos que compartimos… La buena utilización de los medios tecnológicos hace posible cosas tan reales y buenas como estas. Fue una OPORTUNIDAD de encontrarme conmigo misma y con cada uno de los que participaron. Los temas claros y directos ayudaron a que se pudieran trabajar más fácilmente, enfocados en un solo objetivo, que era encontrar a Jesús y profundizar de forma espiritual en nuestra vida, con raíces que ya teníamos, pero que necesitaban más profundidad.

Deseo que se pueda volver a repetir una experiencia así, ya que fue muy enriquecedor en lo espiritual, cultural y emocional. Gracias Butiña por dejarnos ser tu regalo. Gracias Familia Josefina.

Lourdes, Talleres de Itá (Paraguay)

Para mí, fue maravilloso estar en unión de oración con tantas personas, sentir el mismo carisma: encontrar el amor de Dios y transmitirlo a los demás en lo cotidiano, escuchar lo que Dios quiere en el silencio, dejar que Él entre en mi corazón, como decía San Ignacio, conocer a Cristo obrero en el trabajo, tratar de difundir su Palabra en lo pequeño y cotidiano como nos enseñó el padre Butiñá… Para mí fue muy enriquecedor ofrecer un tiempo diario solo a Dios. Conocí y sentí misericordia, alegría, amor, fraternidad y unión con esta hermosa Familia Josefina. Gracias por compartir y enseñarnos a encontrar a Dios en los hermanos más necesitados.

Marta, Talleres de Itá (Paraguay)

Fueron momentos muy buenos para fortalecer la fe, especialmente, en este tiempo difícil. La posibilidad de compartir preguntas y reflexiones fue muy satisfactoria, y me ha ayudado bastante en mi día a día. Mi experiencia fue muy buena. Pude conocer a personas de otros países. Me gustaría repetir en otras ocasiones.

Natividad, Talleres de Itá (Paraguay)

Fue una experiencia maravillosa este encuentro virtual con tantas personas que tienen el mismo carisma, con un mismo ideal, teniendo siempre presente a la Sagrada Familia de Nazaret, al Padre Butiñá y a San Ignacio. En síntesis el AMOR, la FE y la ESPERANZA prevaleció en todos los encuentros. Doy gracias a Dios y al Equipo de Pastoral, por darme la oportunidad de compartir experiencias  vividas que enriquecieron mi pertenencia al Taller de Nazaret. Porque allí descubro las cosas sencillas que ayudan en mi crecimiento espiritual, valores que dan alegría, al ver innumerables rostros que comparten un mismo sentir, más en estos tiempos difíciles de prueba y desafíos, pero también de oportunidad para aplicar lo aprendido en el día a día. Gracias a todas aquellas personas que hicieron posible esta rica experiencia de compartir con mis hermanos de otros países.

Talleres de Nazaret de Itá (Paraguay)

Para mí fue una experiencia increíble, única, este encuentro virtual de nuestra gran familia. El poder compartir con hermanos de diferentes países y saber que seguimos en el mismo camino, el del servicio, el de alabar a Dios en el trabajo, en lo sencillo, en lo humilde, en lo cotidiano… Sería tan bueno seguir con esta maravillosa y rica experiencia…

Noemí Martínez, Talleres de Nazaret de Itá (Paraguay)

Para mí fue un tiempo fuerte de experiencia de Dios. También de conocer a mis hermanos esparcidos por el mundo, pero llamados, como yo, a vivir esta espiritualidad de Nazaret y compartir desde lo cotidiano Espiritualidad y evangelización.

Gladys, Talleres de El Cerro- Montevideo (Uruguay)

En el espacio de mi trabajo, en la Parroquia de Fátima, en la cocina, donde hago del trabajo una oración, he aprendido con todos ustedes, hermanas josefinas y laicos. Me han enseñado mucho, he crecido como persona. Agradezco haberles encontrando en mi camino de fe y haber aprendido a hacer de mi trabajo una oración. Acá comparto trabajo con Hna. Concebida y he compartido con muchas Hnas… Antonia, Amparo, Mendi, Jesusa, Nimia, Mariela, Felipa, Teresa… Les agradezco el espacio que nos dieron para estar “mundialmente” juntos. Algún día nos encontraremos personalmente.

Lina, Talleres de El Cerro- Montevideo (Uruguay)

Excelente idea. Magnífica comunicación. Nos sentimos hermanados espiritual y cristianamente en el Taller. Fue muy grato poder participar

María Antonia, Talleres de El Cerro- Montevideo (Uruguay)

A mí me llega siempre La Eucaristía. Sentir el abrazo de Jesús en la Eucaristía, es para mí uno de los momentos más sublimes. Es una reafirmación permanente de la fe. En cada momento que lo recibo me siento, reconocida y aceptada por Él. Es dónde lo encuentro más profundamente. Es un sentirme, frente a frente con Jesús!  Y así fue la oración de estos días.

Blanca, Talleres del Cerro- Montevideo (Uruguay)

En primer lugar: gracias por estos encuentros. Fueron días muy gratificantes. Fue muy importante para mí sentir la presencia de Jesús como AMIGO que SIEMPRE camina a mi lado. Y también, la presencia de tanta gente, cercana y lejana, que también camina junto a Jesús y, por lo tanto, junto a mí.

Mirta, Talleres de El Cerro- Montevideo (Uruguay)

Fue una experiencia muy buena, enriquecedora. Un paso más para crecer en lo personal y afirmarnos en los Talleres. Un GRACIAS grande a todos los del Equipo de Pastoral.

Rocío, Talleres de El Cerro- Montevideo (Uruguay)

En primer lugar vaya mi saludo especial,  por tantos motivos, a todos los que nos hemos sentido unidos en estos días  especiales. Ante todo, fue para mí un GRAN REGALO: el del “ENCUENTRO”. Me quedó grabada la expresión y rostro del Padre asomándose cada día en la espera del hijo que se fue…y el momento de su abrazo…  Lo disfruté a lo largo de los días.

Y, sintetizando, así mismo, la contemplación de aquellos encuentros tan especiales y sorprendentes de Jesús resucitado con discípulas/os de sentimientos un tanto “bajoneados” (como se dice en Uruguay), como los de Emaús, con el Apóstol Pedro en el lago, con Magdalena y otras mujeres. Son sorpresas de vida que el buen Dios también nos ofrece como fuente de vida y alegría… Que Él nos siga visitando en cada una de nuestros días y tareas, desde NAZARET…

Hna. Jesusa Sainz de Buruaga, Talleres del Cerro-Montevideo (Uruguay)

Desde que soy miembro de la Familia Josefina, mi vida ha cambiado en el buen sentido. La oración y el trabajo unidos me hacen más fuerte.

Joseph, Atelier de Nazareth, Douala (Camerún).

Estoy muy contenta por haber compartido con mi Familia del extranjero. Me he sentido protegida por aquellos hermanos y hermanas que oran por mí, de modo que me siento más confiada.

Odette, Atelier de Nazareth de Douala (Camerún)

Un saludo a toda la Familia. He estado feliz de compartir con hermanas y hermanos de diferentes horizontes. Esta experiencia me ha permitido crecer en confianza y estar maravillada por la vinculación afectuosa de cada miembro a San José.

Adelaide, Atelier de Nazareth de Douala (Camerún)

Un saludo desde Guatemala para todo el mundo.

De esta experiencia de oración, queremos expresarles nuestra alegría en un mismo sentir, lo cual fue fantástico: conectarnos a través de un aparato (una computadora, un teléfono móvil) que hizo posible lo imposible: la convivencia virtual. Formamos un lazo de amistad, en el que nos enriquecimos a nivel espiritual y humano, siendo, de esta manera, una luz para nosotros y para los demás. Fue maravilloso despertarnos cada día y encontrarnos un mensaje de fortaleza, aliento… en donde fue creciendo nuestra fe, y en el que,  para unos,  fue una nueva oportunidad de vida y, para otros,  un encuentro personal con Dios, a través de los distintos idiomas, culturas… Y aunque pocos sabíamos manejar la tecnología, vino la gracia de Dios en cada uno de nosotros y pudimos superar nuestras dificultades.

Conocernos por las video llamadas, fue algo excepcional, el poder superar fronteras, miedos, ideologías… así como el llegar a imaginarnos la magnitud de la misión josefina.

 “Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas no para Dios; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Mc 10,27).

Talleres de Nazaret de Coatepeque (Guatemala)