Contemplar el Taller de los Orígenes
Acércate a la Primera Comunidad. Entra en la casa, descubre la pobreza, la sencillez, la autenticidad del Taller. Mira a las personas…
Escucha el traqueteo de las máquinas. Dios sorprende con su gracia:
«Parecía una copia de la Sagrada Familia en su casita de Nazaret… El mismo Padre se complacía de vernos tan hermanadas y contentas». (Testimonio atribuido a Hna. Sandalia Laflorida fsj).
El Señor se deja conocer por aquel Grupo Primero de la Cuesta de Santo Domingo de Gerona.
Lo acogen como el tesoro, como la perla preciosa por la que vale la pena venderlo todo.
“Es posible”. “Para Dios todo es posible”. Es la experiencia que evangeliza, que transforma el propio corazón, que se comunica con gozo. Puedes acoger esta gracia; en esta misma realidad puedes vivir, puedes ser semilla del Reino de Dios.
Él te conduce. Él te envía a ser semilla de su Reino en el trabajo sencillo, desde una vida humilde y pobre.
En esta realidad oscura del trabajo, ante esta realidad concreta, necesitada de Dios, las josefinas somos profecía del Reino, anuncio y testimonio de que es posible denunciar desde la misma vida lo que no es Reino, interpelación y transformación de la propia vida, de las mismas estructuras que orientan la vida en el Taller.
Es posible ser de Dios, vivir de la fe, crear la fraternidad en el trabajo pobre, donde la mujer es marginada, donde se priva al hombre de lo necesario para vivir, donde se le promete una felicidad material, sin Dios.
La gracia del Carisma, acogida por el Grupo Primero, es una señal del Reino en el trabajo. Se abre una fuente de gracia, un camino de vida en la Iglesia:
“Donde reinaba la caridad, la paz y amor fraternal, tan inculcada de nuestro carísimo y verdadero Padre… En todas y en cada una reinaba una sola voluntad, pues lo que una quería todas queríamos y así todo”… (Testimonio de Hna. Sandalia Laflorida fsj)
Es el sentimiento de comunión que nace como don de Dios, que se identifica como experiencia honda de fe.
El amor de caridad es el distintivo de nuestros orígenes; no es por lo que se hace, sino por el amor con que se vive.
Déjate alcanzar por esta gracia, el amor de caridad para que la semilla viva de Nazaret germine en humanización y vida.
Jesús te precede en este camino. Solo pisando sus huellas puedes ser su testigo, su fuerza liberadora entre los pobres, en los ambientes de trabajo.