San José bendito, cuida de nosotros
Recuerdo que, siendo yo pequeña, a mi madre, muchas veces, le salía un suspiro hondo, lleno de confianza y admiración: “San José bendito cuida de nosotros”. Era su jaculatoria preferida, o mejor dicho, la que nunca he olvidado de las que salían de sus labios.
Y cada día, en nuestra vida cotidiana, se cumple su deseo, su suspiro, su oración. Porque todos sabemos que San José nos lleva de la mano, cuida de nosotros, de una manera misteriosa, silenciosa, oculta… Así es su estilo, “a la sombra”. A mí me encanta entrar en Nazaret y contemplar a José cuidando de Jesús. Me provoca tanta ternura y devoción, que me quedaría ahí contemplando sin hacer otra cosa. Hasta que José se da cuenta y me dice, nos dice a toda la Familia Josefina: “Entra en Nazaret y contempla, cuida al Jesús de tu corazón, déjale crecer en ti, es una experiencia personal que necesita de cuidados especiales, que se van descubriendo poco a poco, en la relación y en el encuentro diario”.
El roce espiritual da otro pasito más. Si cuidas a Jesús, tendrás deseos de cuidar de otros; donde Dios se hace el cariño, que son los deseos que te entran de querer conocerle más. Pero no te quedes solo en la contemplación. Hazle presente en tu vida diaria, en tu familia, en el trabajo, con tus amigos, en la comunidad, en los estudios, en el grupo Nazaret, entre los más pobres… Pero, eso sí, hazlo con un talente diferente del que ofrece el mundo, sin publicidad, ni buscando recibir medallas, ni aplausos, ni protagonismo… bueno como tú ya sabes “al estilo de Nazaret”.
Yoli Rodríguez Calcerrada, fsj