San José, sé nuestro custodio

San José, maestro de la vida interior,
enséñanos a vivir la vida cotidiana
en la intimidad de Jesús y de María
y en el abandono confiante en el amor de Dios Padre.

San José, protector de la familia de Nazaret,
te confiamos el futuro de nuestras familias.
Que sean hogares de acogida y de amor.
Ayúdanos en la educación cristiana de nuestros hijos.

San José, modelo de trabajadores,
te confiamos nuestro trabajo cotidiano,
que contribuya al bienestar de toda persona.
Ayúdanos a cumplirlo con espíritu de servicio.
Te pedimos por toda persona que busca empleo.

San José, custodio de la Iglesia,
a quien Dios ha confiado la guarda de los misterios de la salvación,
inspira a los cristianos a ser testigos fieles del Evangelio,
siempre y en todo lugar,
en el corazón del mundo tan dolorosamente en búsqueda
de fraternidad y de paz.
Amen.

Cardenal L. J. Suenens