20 Junio: Día mundial de los refugiados
La Red Migrantes con Derechos se hace eco del Día Mundial de los Refugiados (20 de junio) recordando el enorme compromiso que tenemos como entidades de Iglesia y sociedad civil ante las personas que tocan nuestra puerta huyendo de persecuciones, guerras y pobreza.
En virtud de este compromiso y responsabilidad, se hace urgente que sigamos trabajando en red para poder dar una respuesta común y bajo una mirada compartida ante estas situaciones.
Esta semana se ha publicado en la página web un post que relata el testimonio de un refugiado yemení recogido por los equipos que están en frontera, todo esto, en el marco de la campaña #DevolucionesSumariasNo.
Publicado por CONFER
Testimonio
K, es un periodista yemení que trabajó en la oficina de prensa del Ministerio del Interior bajo el presidente Saleh, tuvo que exiliarse cuando fue derrocado por los huzíes, permaneciendo unos años en Egipto, donde mantuvo una línea de publicaciones contra el régimen huzí, hasta que fue amenazado y decidió pedir protección internacional en un país europeo.
Al no conseguir un visado, voló a Mauritania, desde donde emprendió la ruta terrestre hacia Marruecos dando un rodeo por Argelia.
Decidido a ir a Marruecos, al tratarse de un país en paz, tomó un vuelo a Nuakchot (con visado), desde donde se dirigió a Argelia en coche. En el camino, unos bandidos le robaron el teléfono, el dinero y el bolso, y le golpearon en la cabeza. Cuando llegó a Orán, tomó otro coche hacia la frontera marroquí.
Nada más llegar a Uxda se dirigió directamente a Nador. Al día siguiente fue a Rabat para registrar su solicitud de protección internacional en las oficinas del ACNUR y regresó a Nador, donde otro yemení le aconsejó que se refugiara en el bosque. Al intentar una primera travesía en patera, la policía marroquí los detuvo en el mar. Permaneció en Nador hasta que un letrado del ACNUR se puso en contacto con él por teléfono y le entregó el certificado de la solicitud de protección en Nador. De hecho, vivía entre Rabat y Nador, a donde regresaba cuando otros yemeníes le avisaban por teléfono de oportunidades de cruzar a España.
El segundo día del Ramadán de 2021 (miércoles 14 de abril) escaló las vallas de Melilla en un grupo de 13 yemeníes. La Guardia Civil los detuvo en la tercera valla y los rechazó en frontera, entregándolos a las fuerzas de seguridad marroquíes, que los encarcelaron y luego los llevaron a los tribunales para ser juzgados. A pesar del testimonio favorable de un abogado del ACNUR que había viajado a Nador desde Rabat, se les impuso una condena de un mes de prisión cuyo cumplimiento quedó suspendido.
Nada más salir de la cárcel, la policía marroquí los trasladó durante la noche a la ciudad de Chichaoua (894 km al sur). Allí tomaron un autobús hasta Casablanca, donde se enteraron de que algunos yemeníes habían conseguido cruzar a Ceuta. Inmediatamente partieron hacia Ceuta, separándose para evitar los controles de carretera. Llegó a Fnideq (Los Castillejos) lunes 17 de mayo. Como hacían muchos marroquíes, se lanzó al mar para llegar a nado a Ceuta: era hacia las ocho de la tarde. Los otros 12 yemeníes le esperaban en la playa. Hacia las diez de la noche entraron en la ciudad de Ceuta.
Pasadas unas ocho horas, por la mañana temprano se dirigieron a unos vehículos de la Cruz Roja Española. Estaban hambrientos, descalzos y ateridos de frío. Uno de ellos se había lesionado la pierna en el mar. El personal de la Cruz los condujo al CETI, donde vieron a muchos policías y militares. Los registraron en el CETI. Hacia la una de la tarde dos militares españoles entraron en el centro, detuvieron a dos yemeníes por la fuerza y los entregaron a la policía marroquí. Volvieron para llevárselo por la fuerza. Se puso a gritar ante la prensa y las cámaras. Lo llevaron a un rincón y le dijeron que no lo iban a rechazar. Envió un correo electrónico a la oficina de ACNUR en Ceuta. Tras 5 horas de espera, les envió a Houria para hablar con él. Él le contó que algunos yemeníes habían sido detenidos. Ella fue a ver al jefe de la policía española y protestó que no tenía derecho a devolverlos porque eran refugiados. La policía dijo que lo entendía. Sin embargo, en cuanto se fue la mujer, aprehendieron a K, a otros dos yemeníes y a un palestino y les pegaron y los llevaron a rastras hasta la frontera para entregarlos a las fuerzas de seguridad marroquíes, que a su vez los dejaron en libertad.
Publicado en https://migrantesconderechos.org