Celebración de la Profesión de Hna. Gabriela
“Mi alma canta la grandeza del Señor”…es el grito del corazón agradecido que glorifica y bendice a Dios por su bondad y por mirar nuestra pequeñez.
‘’Dios ha puesto los ojos en su humilde servidora’’… y hoy, Gabi, podés hacer eco con María, de esta mirada amorosa, salvadora y cautivadora de Dios que te llamó, te eligió y al que hoy te consagrarás como su servidora, definitivamente.
Sorteando los obstáculos de la pandemia, providencialmente celebrarás tu profesión perpetua en el Año de San José, tu santo patrono, modelo de trabajador, cabeza del Taller. En el Año ignaciano…como signo de la presencia querida del p. Butiñá e invitación a descubrir a Jesús en todas las cosas, en lo sencillo de la vida cotidiana, como en Nazaret…desde la mirada amorosa de Dios en tu vida: celebramos esta consagración en la Congregación y en la Iglesia, aquí, en tu tierra, en la fiesta de nuestra Madre, María Virgen de Itatí, patrona de tu pueblo, nuestra tierra chaqueña.
Muchos signos entonces te acompañan especialmente…la presencia de tus hermanas aquí y desde otros lugares, los laicos compañeros de camino, ese que has recorrido hasta llegar a hacer de Jesús de Nazaret la opción de tu vida…el ‘magis’ ignaciano que Dios desde siempre, tenía pensado como sueño desde que te creó. Puso los ojos en su humilde servidora…
‘’Servidora’’ …la escena del Evangelio nos muestra esa visita de María a Isabel, visita hecha como un servicio a su prima, necesitada seguramente, de compañía, vulnerable por su estado en edad avanzada… Sale de su realidad, de su casa y va con alegría al encuentro de la necesidad… La elección de Dios nos va haciendo más sensibles, más atentos…y responder fielmente nos va configurando con el estilo del evangelio…te irá configurando con el modo de Nazaret que estás invitada a vivir: el servicio, el encuentro con Jesús en lo cotidiano…desde el trabajo y la fraternidad.
El servicio en el Taller de José y desde el Taller hacia los más vulnerables del mundo del trabajo, de la mujer trabajadora, tal es la misión evangelizadora de las Hijas de San José tal actual y necesaria en nuestros ambientes.
¿A quiénes servimos hoy? Francisco dice que servir es cuidar la fragilidad. Estás confirmando tu entrega definitiva en un tiempo especialmente difícil para muchos…por la enfermedad, por la pérdida de familiares, amigos…por la soledad…por la incertidumbre frente a la situación laboral o directamente por la pérdida del trabajo, medio de realización y de subsistencia.
¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno? La pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades. Imploremos a San José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo! (Patris Corde, 6).
Nos alegramos y damos gracias a Dios con María “Madre de la prontitud” por el regalo de llamarte a vivir esta vocación de servicio, nos alegramos porque una joven acepta con valentía ese proyecto.
Como Hija de San José será tu prontitud ser la servidora fiel a esta misión…anunciar a Jesús en esta realidad compleja que ya le inquietaba al P. Francisco J. Butiñá en su tiempo y que…sigue estando necesitada de voces, presencias y gestos que animen la esperanza y abran caminos de fraternidad.
Celebramos este regalo para la Congregación y para la Iglesia. A tus padres y hermanas decirles que puede parecer que esta hija y hermana hoy ‘los deja’ definitivamente, pero…en realidad…Gabi los está haciendo partícipes de una familia más grande y de un horizonte de realidades y experiencias de fe y fraternidad donde ustedes están siempre presentes, de alguna manera.
Queridas Hijas de San José: Gabi llegó hasta aquí seguramente con el acompañamiento de personas que Dios puso en el camino en el momento justo y adecuado. No dejemos de acompañarla… de acompañarnos en el camino…porque como dice san Pablo, ‘’llevamos este tesoro en vasijas de barro’’.
Que San José, el hombre que le puso el hombro a Dios, y la Virgen que se alegra en Dios su Salvador, te ayuden en los momentos de dificultad y en la vida comunitaria, a no perder la alegría, el buen humor y a no esconder tu sonrisa.
+ Jorge Lugones sj