Hace ya dos años que no podemos celebrar a lo grande esta nuestra fiesta, como veníamos haciendo en años anteriores, por motivo de la pandemia que sufrimos todos. A pesar de ello, este año nos hemos atrevido a llevar a cabo algunas actividades con el deseo de que esta fecha no pase desapercibida para nuestra buena gente de Bañolas. Las compartimos con vosotros.

Como en otros años, en febrero compramos una bicicleta a Cáritas. Ésta tiene un Taller Solidario para personas emigrantes y montan las bicicletas, comprando previamente las piezas sueltas. Y así puesta en el escaparate y hechas las papeletas, nos pusimos a venderlas en la tienda y en los mercados. Generosamente algunas personas se llevaron un talón para venderlo entre la familia y amistades.

El día 16 de abril, Tele Bañolas pasó un vídeo, en las noticias del mediodía y noche, que previamente había sido grabado en la tienda con motivo de la Fiesta del Comercio Justo y nos entrevistaron a Ana Lietz, voluntaria, y a mí como responsable de la tienda.

También a finales de abril enviamos un escrito a la Revista Banyoles que sale mensualmente, hablando de las fiesta, de los 10 Principios del Comercio Justo y de la necesidad de nuestra implicación como consumidores en beneficio de los pequeños productores y de nuestro planeta tierra.

Durante la semana del 3 al 8, Radio Bañolas también ha hecho publicidad de la Fiesta y de la rifa de la bicicleta. En toda la semana, hemos tenido acomodada la tienda con carteles y el día 8 pusimos música para hacer ambiente de fiesta. Al atardecer, antes de la rifa, los voluntarios y las hermanas, hicimos unos pequeños vídeos apoyando el Comercio Justo con el lema de este año: «Reconstruyamos con justicia». 

A continuación, la mano inocente de un niño, sacó la papeleta premiada, tocándole a una clienta muy conocida. Se lo comunicamos por teléfono y la mujer apenas podía creerlo, pues dice que nunca le había tocado 25 nada. Vino a recoger la bicicleta el lunes por la tarde a la tienda y le hicimos una foto para compartirla con vosotros.

La verdad es que las ventas de este día fueron flojillas pero nos apoyamos en esta frase tan nuestra : «cuando las hermanas vendían sus mercancías volvían a casa contentas y si no era así alababan a Dios».

Por último, el día 19, miércoles, daremos una charla de presentación del Comercio Justo en la «Escola Bora Gran «de Serinyà. Lo haremos Alex García, voluntario de la tienda, y yo. Seguimos apostando por el Comercio Justo, dando apoyo a productores desfavorecidos y para reducir la pobreza y acabar con las condiciones de explotación; así la producción y el comercio estarán al servicio de las personas.

Estas son las principales razones para visitar Can Butiñá y comprar productos del Comercio Justo:

Porque los trabajadores y las trabajadoras reciben un sueldo digno. Nos aseguramos de que puedan mantener a sus familias, comprar medicinas, enviar a los niños a la escuela y eventualmente costear su educación.

Porque ellos y ellas reciben el mismo sueldo por la misma tarea. La igualdad salarial es un derecho fundamental de la mujer trabajadora.

Porque no tolera la explotación laboral infantil. Es básico y fundamental que los niños crezcan en un entorno familiar y saludable que les permita recibir la educación propia de su edad en la escuela y que no estén sometidos a trabajos impropios de su edad.

Porque es respetuoso con el medio ambiente. Los productos de COMERCIO JUSTO están elaborados evitando la deforestación, el agotamiento del suelo, los pesticidas, abonos y productos híbridos. Por ej., el azúcar de Paraguay de COMERCIO JUSTO tiene un impacto ambiental un 33 % menor que el azúcar refinado de remolacha producido en Europa, debido a menor emisión de gases de efecto invernadero.

Porque mantiene una relación comercial a largo plazo. El COMERCIO JUSTO no penaliza a los productores en caso de no poder cumplir un contrato por vicisitudes climáticas u otros imprevistos de fuerza mayor. Los compromisos se contraen por varios años. Además, las distribuidoras conectan directamente con los productores y productoras y se evitan los intermediarios en las relaciones comerciales y en la compraventa.

Porque se prefinancia una parte de la producción. Muchos productores carecen de la capacidad económica suficiente para afrontar los gastos que implican las primeras labores agrícolas.

Porque las organizaciones de productores funcionan de manera democrática. Ellos deciden qué quieren producir y se organizan en cooperativas y sindicatos independientes de poderes económicos externos. Esta autonomía de producción garantiza su seguridad alimentaria. Es decir, que tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias para alcanzar una vida sana y activa.

Porque respeta la identidad cultural. La relación entre los productores del lugar de origen y los consumidores europeos ha de ser una relación bilateral que respete tanto sus tradiciones culturales como los hábitos de consumo en nuestro entorno.

Porque una parte de los beneficios se destinan a proyectos de desarrollo para toda la comunidad. Los productores reunidos en cooperativas deciden cómo reinvertir el plus de sus beneficios comunes, por ej., en escuelas, centros médicos, ampliación y modernización de sus maquinarias, etc.

Porque los artículos que se ofrecen son de gran calidad. Los productos de COMERCIO JUSTO suelen requerir más tiempo en su elaboración. Por ej., el secado lento del café al sol ahorra energía y permite eliminar más eficazmente la humedad. Otro ejemplo: la elaboración del chocolate de COMERCIO JUSTO requiere más días que la elaboración convencional con el agregado de elementos ajenos.

Marisa Muñoz, FSJ – Comunidad de Bañolas

NOTA: En la fotografía de arriba, se ve la fachada decorada con motivo de la Semana de las Flores, que en Banyoles se celebra en el mes de mayo.

Si quieres conocer más sobre Can Butinyà, visítanos en https://www.canbutinya.eu/