Orar con lo mejor de uno mismo
Nuestro más profundo temor no es el ser inadecuados.
Nuestro más profundo temor es que somos poderosos
más allá de cualquier medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, la que nos intimida.
Nos preguntamos, ¿quién soy yo para ser brillante,
magnífico, talentoso y fabuloso?
Pero en realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Tú eres un hijo de Dios.
No beneficia al mundo el que te desvalorices.
No es nada iluminado el que te achiques.
Hemos nacido para manifestar la gloria de Dios
que está en nuestro interior.
Y ésta no se encuentra presente tan solo en algunos
de nosotros; sino en todos y cada uno.
En la medida en que dejamos brillar nuestra luz,
inconscientemente damos a otros permiso
para hacer lo mismo.
En la medida en que somos liberados de nuestros miedos,
nuestra presencia automáticamente libera a los demás.
Discurso Inaugural de 1994, Nelson Mandela
PALABRA DE DIOS
“Vosotros sois la luz del mundo… Brille vuestra luz ante los hombres”
(Mt 5, 13-16)