Al finalizar el Año Josefino...

8 de Diciembre de 2021

 

Querido Padre San José… Siempre nos acompañas, pero, a lo largo de este año, nos hicimos más conscientes de tu intercesión, de tu cuidado sobre nosotros. Gracias por tu valentía creativa que nos ha servido como modelo e inspiración. Gracias, San José, por seguir adoptándonos a todos, como hijos tuyos, como hijas tuyas. 

San José, como no podía ser de otra manera, estuvo muy presente en el XIX Capítulo General, recientemente celebrado. Por ello, la mejor manera que tenemos para culminar este año dedicado a San José es recordar y compartir con toda la Familia Josefina las palabras de Mª Zulma Carrera, nuestra Superiora General, en el momento de la clausura del Capítulo, palabras que, entre otras cosas, significaron una entrañable referencia a «San José Capitular».

“Que Dios, de quien viene la esperanza, los llene de alegría y paz

en la fe para que sobreabunde su esperanza

por la fuerza de su Espíritu” (Rom 15,13)

 

 

Ante todo unas palabras de gratitud al equipo de Gobierno que cesa en su servicio. Hnas. Ma. Mendía Ajona, Ma. Sagrario Goñi, Esperanza Miguel, Ma. Ángeles Pinto, Remedios Jiménez y Ana Romero. Cada una desde su lugar en el Taller ha trabajado con los talentos recibidos y los ha multiplicado para bien de la Congregación y de la Misión. Gracias Hermanas!

La preparación y celebración de este Capítulo, fue un claro ejemplo de construcción inclusiva gracias a la adhesión de todas y cada una de las Hermanas y a la reflexión personal y grupal de los laicos. Quizás es por eso que hemos entrado en él “con grande ánimo y liberalidad”, abiertas a las sorpresas de Dios y a las llamadas históricas percibidas en todo este tiempo.

Peregrinamos, trabajamos en medio de los Desafíos que hoy tienen nombre propio. Y por ello somos enviadas a buscar y encontrar a Dios en todo lo que sucede, dejándonos nutrir por la sabiduría de las mayores y la creatividad de las jóvenes, pues todas somos cauce de inspiración, unas para las otras y juntas, para la Iglesia y para el mundo del trabajo.

La experiencia de ser Comunidad Capitular que se sabe bendecida por unos dones particulares de agilidad carismática, de butiñanidad, ha sido uno de los pilares sobre los que construimos cuasi sacramentalmente las columnas de las Propuestas capitulares.

La versión final de los Desafíos y Propuestas conforman un camino para recorrer y asumir como propio, antes de ofrecerlo a todas nuestras Hermanas y Laicos. Dios acontece suscitando conversión a una nueva manera de vivir y relacionarnos, ubicando en su debido lugar las prioridades y revelándonos que lo fundamental pasa siempre por el arte del Encuentro.

Nuestras liturgias cotidianas vespertinas han sido verdadero descanso en el Taller. En ellas, el silencio ha resonado con fuerza y se ha poblado de Nombres, lugares, historias, dolores y gozos que nos han movido por dentro y seguramente habremos experimentado presencias amigas y presencias carismáticas que renovaron el aire y re-encendieron el fuego, en nuestra Comunidad Capitular.

Intuimos dinámicas comunitarias más sinodales que hagan visible el poder de la unidad y de las convicciones profundas, espacios llenos de Carisma butiñano y espíritu de servicio que nos confirmen en la certeza de que la valentía creativa que podemos tener juntas es la valentía creativa que ninguna de nosotras tendría en soledad. La Comunidad Taller nos reviste de energía y deseos de colaboración para ser sembradoras de esperanza entre las trabajadoras pobres.

Es preciso conjugar la atención a la realidad empobrecida, con respuestas audaces y evangélicas; trabajar a los ritmos de la Divina Ruáh, aferradas a Ella y dispuestas a creerle, aún en medio de incertidumbres, temores y fragilidades. Dice el Papa Francisco: “Este es el momento para soñar en grande, para repensar nuestras prioridades —lo que valoramos, lo que queremos, lo que buscamos— y para comprometernos en lo pequeño y actuar en función de lo que hemos soñado.” (Soñemos Juntos)

Por último, al agradecer también a cada una de ustedes la presencia activa y los diversos servicios que algunas han realizado incondicionalmente, en estos días capitulares, me atrevo a sugerir como camino de salvación y evangelización al alcance de todas, un modo butiñano de hacer amistad evangélica en la Comunidad Taller: Incubar gestos nazarenos desde la contemplación cotidiana de JESUCRISTO, NUESTRO BIEN y desde la práctica creyente de la vida oculta y sin brillo, para que a su tiempo, nuestros gestos hablen, iluminen y contagien esperanza.

A SAN JOSÉ, CAPITULAR

 

Darte gracias y algo más…
Confiarnos a tu cuidado 24/7, es decir, siempre!
Y dejarnos conducir por el Ángel de tus sueños.

Cada día saliste a nuestro encuentro en la Sala o la Capilla.
Invitando con mirada generosa a entrar, estar y hacer ronda.
Sí! Ronda!
Ronda en la mesa de trabajo,
ronda en la mesa de la Eucaristía
ronda en la pequeña fiesta cotidiana de los recreos.
Trabajo, liturgia en Iglesia, danza distendida…
y siempre CELEBRACIÓN de la vida en común!

En la Sala estabas tú.
Herramientas en mano,
paso ligero y firme
mirada fija en un Centro invisible.
Tu Centro, nuestro Centro: JESÚS!
JESÚS y María
JESÚS y nosotras
JESÚS trabajando como uno de tantos.

En la Capilla estabas tú.
Con tu gesto eterno de ofrenda
inclinación ligera y firme
para entregarnos tu BIEN,
JESUCRISTO, nuestro BIEN.

Bendícenos de despedida, evangeliza nuestra memoria
y que nos recordemos unas a otras, quiénes somos y hacia dónde vamos.

Confiamos en Ti!

 

Ma. Zulma Carrera, fsj

Superiora General

San Lorenzo de El Escorial, 28 de noviembre de 2021

Al finalizar el año josefino, ¿cuál es tu palabra para expresar agradecimiento?  ¿Qué experiencia «josefina» te llevas en el corazón? 

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