Desde Jerez y Sanlúcar

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El pasado 5 de mayo, los Talleres de Sanlúcar y Jerez de la Frontera se reunieron en el colegio de Jerez para compartir un día de retiro.

El retiro, que fue orientado por Hna. Patri, se presentó en clave de agradecimiento por tanto bien recibido a lo largo de estos 25 años de Talleres. Precisamente los grupos de Jerez y Sanlúcar son de los más antiguos. Algunas personas se han incorporado más recientemente, pero otros cuentan en su haber con una larga y rica historia que contar y agradecer.

La relación con la Familia Josefina viene de muy antiguo, cuando hice las labores para Magisterio en la Plata. Pasados los años teníamos convivencias con niñas de nuestros colegios.

Para mí ha supuesto una gran alegría y una ayuda muy grande el que el Señor me ha haya llamado a formar parte de la Familia Josefina pro medio de los Talleres de Nazaret.

Fue la Hna. Blanca la que invitó, cuando asistía a los talleres de labores. Tanto ella como todas las del grupo me acogieron con cariño. Muchas celebramos el compromiso en el 2005.

Me han ayudado mucho los encuentros con mi grupo,  retiros, los Ejercicios en Gerona, las convivencias en Hoyo y en Alcalá del Valle… Todo esto han sido medios fundamentalmente para crecer en amor a Jesús,  sentirme Familia, aprender a vivir el carisma del P. Butiñá, su amor a la Familia de Nazaret,  intentar vivir la Misión Compartida en lo cotidiano.

Nuestro grupo es una familia. Estamos muy unidas. El grupo nos ayuda a crecer en la fe, a amar más a Jesús, a vivir en su presencia para poder ser sus testigos, gracias a los retiros y convivencias.

Nos preocupamos por los problemas y dificultades de cada una y rezamos para que el Señor nos ayude.

Nos ha ayudado y nos ayuda la presencia de las Hermanas, de Hna. Blanca, Hna. Hortensia y, ahora, Hna. Elena.

Queremos, como grupo de Talleres de Nazaret, vivir el carisma del P. Butiñá cada día más y hacer realidad la Misión Compartida en nuestra vida cotidiana.

Trinidad, Jerez de la Frontera

 

De este retiro, me han llamado la atención tres palabras muy profundas en el camino de Nazaret. Dios es como un Pastor, que reúne a sus ovejas; es como un Alfarero, que modela nuestra vida, como el alfarero da forma al barro; es como un Médico, que cura nuestras heridas, que nos da fortaleza para saber vivir los caminos que se presentan.

Siempre se saca mucho bien de estos encuentros, en especial, la experiencia de sentirnos unidos en cualquier punto. Gracias.

Jeromín, Jerez de la Frontera

 

Gracias a los Talleres por darme la oportunidad de estar siempre aprendiendo y caminando. Sin los Talleres me sentiría más vacía. Me siento privilegiada por pertenecer a los Talleres. Gracias a las Hermanas Josefinas y al P.Butiñá. Y principalmente, de todo corazón, gracias a Jesús de Nazaret.

Pili, Jerez de la Frontera

 

Cuando nos presentaron los Talleres de Nazaret yo sentí miedo: miedo a lo desconocido, a no poder cumplir lo que se nos proponía. Pero hoy doy gracias a Dios por haberme empujado a dar el paso de entrar en los Talleres. En Talleres me he formado y me sigo formando; he aprendido a vivir de Dios, Él es quien me da la fuerza, la alegría, las ganas de vivir y vivir en paz conmigo misma, aceptando con fe y alegría lo que la vida me depara. En sus manos pongo mis preocupaciones y eso me hace liberarme de tensiones. Por eso no tengo más que agradecer a la Congregación y, sobre todo, a todas las Hermanas que hacen posible que los Talleres existan y sigan funcionando.

Manoli, Jerez de la Frontera

 

Al hacer memoria, al reflexionar sobre los inicios, recordé mis miedos y las muchas preguntas que me hacía: qué sería este grupo de Talleres desconocido para mí, estaría preparada, podría abrirme a adquirir conocimientos sobre el carisma o de formación cristiana. Hoy reconozco que he madurado en tolerancia, paciencia, humildad, en participación en el voluntariado, etc. Y todo esto lo adquirí en los Talleres de Nazaret, porque no solo hablar te enriquece, también escuchar te enseña. Siempre he tenido una baja autoestima, inseguridad, miedo al ridículo… Recuerdo que, una vez, con Hna. Blanca trabajamos la autoestima y las cualidades que teníamos cada una. Puedo asegurar que todas nos quedamos sorprendidas de todo lo que cada una pensaba de la otra. A raíz de esto, tomamos más confianza y empezamos a afianzarnos como grupo. Hemos podido beber del carisma del P. Butiñá y alimentarnos de la Palabra del Señor Jesús. Por mi parte, me siento muy cómoda y muy llena de vida, gracias a su gente.

Le pido a  Dios que esta familia nunca se marchite, que viva por siempre entre nosotros y todos los que se sientan llamados.

Mary Carmen, Jerez de la Frontera

 

Mi recorrido en los Talleres de Nazaret, en relación con el de otras personas, es un poco corto. Por lo menos, aquí, en Sanlúcar, soy de las nuevas. Lo que me movió a integrarme en el Taller fue recuperar las huellas sobre mi caminar de niña por los grupos q teníamos: añoranzas, inquietudes… Al comenzar sentía un poco con incertidumbre, pero un gran deseo de acercamiento a Jesús pues mi vida volvía a necesitar de Él. Aunque nunca he estado sola, ahora lo noto en mi día a día. Gracias a Él es más llevadero todo. Me da fuerza el estar en los Talleres.  Me está enseñando a aceptar nuestras realidades el ver en cada una de mis compañeras esa inquietud que tienen, esa disposición a luchar contra todas las adversidades, pues son muchas, y ahí están, al pie del cañón, a pesar de sus años. Ellas siguen teniendo una actitud de  búsqueda. Juntas queremos ser arcilla para dejarnos modelar en las manos de nuestro Alfarero.

Pepi, Sanlúcar de Barrameda


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  1. Que alegría veros. FELICIDADES por estos primeros 25 años. Que vengan muchos más que llenen de huellas y semillas de Nazaret muchos lugares, muchos corazones.

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