Hoy 12 de marzo, celebramos el 400 aniversario de la canonización de cinco san-tos: san Ignacio de Loyola, san Francisco de Javier, Sta. Teresa de Jesús, san Isidro Labrador y san Felipe Neri. Cuatro españoles y uno italiano.

Al recordarlo esta mañana se han agolpado en mi mente muchas ideas. Una de ellas la diferencia de Carismas y la diversidad de personas que por diferentes caminos, han llegado a la santidad.

Vuelvo al párrafo primero y me digo diferentes modos de llegar a ser santos, diferentes carismas, pero un gran Amor. Podemos ser diferentes, pero tener una misma pasión: JESÚS.

Por otro lado, la figura de Javier, que debido a la proximidad del castillo con mi pueblo, se ha hecho para mí una figura extraordinaria. Me he quedado con él, sobre todo en estos días en los cuales los caminos de Navarra, se habrán alegrado con la presencia de tantos peregrinos que desde el Norte y el Sur, el Este y el Oeste de nuestra tierra, habrán caminado hacia Javier, no para hacer senderismo, sino para recordar a este hombre, que se entregó totalmente a Cristo un “Loco por Dios”, como lo presenta José Miguel Lamet, que no dudó estar siempre en camino para acercar a todas las personas a Dios.

Recuerdo con emoción, el peregrinar de este hombre hacia tierras lejanas; sus de-seos de trabajar por el Reino, su apasionamiento por Jesús y me pregunto, si los caminos hacia Javier que hoy hacen los peregrinos, tienen las mismas características. ¿Pasión por Dios, pasión por el hombre? Posiblemente sí, de manera diferente a Javier que lo hizo por lugares inhóspitos, por mares en débiles barquichuelas, pero con pasión y sentido de Iglesia.

Siento que muchas de nosotras ya no podemos hacer este camino físico, pero me pregunto ¿Cuál es mi pasión hoy? No en vano, una de las estampas más conocidas de Javier, lo presenta con una llama en su pecho, porque el amor a Jesús es más fuerte que cualquier dificultad de las muchas que tuvo que pasar, en esa soledad impresionante, en su ca-minar y navegar hasta llegar a las Indias.

Creo haber leído que Javier, una vez que sale para las Indias, lleva escritos los nombres del pequeño grupo que entonces era la Compañía y los abraza y en la distancia inmensa se siente fuertemente ligado al grupo fundador y nuevamente me surge otra pregunta, que me la hago a mí misma, ¿Cuál es mi sentido de pertenencia a la Congregación? ¿Cómo llevo en mi interior los nombres de mis Hnas.?
Hoy 12 de marzo, las campanas de Navarra han sonado con fuerza a las 12,00 en honor a ese lucero que nos ilumina desde el Castillo. ¿Resonarán en el corazón de muchos jóvenes y mayores para volver al Evangelio? ¿Volverán a salir de Navarra peregrinos que anuncien a Cristo?, ¿Qué lleven la luz de Jesús a todos? porque como dice la Aurora que se canta en honor del santo, en honor de Javier?

De un castillo ha surgido un lucero
que ilumina con llama inmortal
peregrino del mundo
pregonero de fe.
…………
Sembrando a Cristo
cumpliste tu anhelar
No hay vida más cristiana,
que darse todo a los demás.

Es verdad que también he sentido nostalgia, nostalgia porque los caminos de nuestra tierra muchas veces no acompañan ya el caminar en la fe, pero también siento alegría y esperanza porque ha habido, hay, y seguro que habrá, muchas personas que a ejemplo de Javier, van a seguir dándose a los demás. Que se van a preguntar, ¿Merece la pena entregar-se a Cristo? y la respuesta va a ser que sí. Posiblemente por otros caminos que no son los de Javier, o quizá por los mismos, caminos que en definitiva nos lleven a Dios y a los hermanos y que el lucero de Javier como reflejo de la luz de Jesús, va a seguir iluminando al mundo. Lo deseo también para nuestra querida Navarra, por eso le pedimos, con los auroros, que bendiga a nuestra tierra, que vuelvan a surgir personas decididas y valientes que entregan su vida por los demás, allí donde el Señor quiera.

El Pozo del Tío Raimundo, a 12 de marzo de 2022
Maribel Baztán