La pandemia no apaga nuestra esperanza

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Hace unos días, la Conferencia de Religiosos de Guatemala (CONFREGUA), nos envió una encuesta para recabar datos sobre la misión que las Hijas de San José realizamos en Coatepeque. Nos ha parecido muy bueno aprovechar la oportunidad que hemos tenido de sentarnos para dar respuesta a dicha encuesta, y compartir, algo a través del Boletín.
Nos presentaron una lista de ámbitos o plataformas y nos pidieron señalar aquellas en las que nosotras trabajamos. Señalamos lo siguiente:
Cuidado de la Casa Común (medio ambiente).
Asistencia humanitaria frente a necesidades básicas.
Prevención de la violencia.
Prevención comunitaria de la trata de personas.
Derechos de las mujeres.
Prevención y atención de víctimas de violencia contra la mujer.
Niñez y adolescencia.
Salud.

Ahondando un poco en la tarea que realizamos, hemos dicho a CONFREGUA que, para nosotras, es prioritaria la promoción y dignificación de las mujeres y que o hacemos a través de acciones de capacitación, formación, entrega de alimentos, implementación de estufas ecológicas, producción de alimentos, transformación y preparación de alimentos entre otros. También a través de cursos de corte y confección, formación y capacitación de líderes de la Pastoral de la Salud.

Estamos presentes en la labor social de la Iglesia a través de la coordinación del Dispensario Parroquial y la atención a la Óptica San José Obrero, que es un Proyecto financiado por un organismo no gubernamental internacional.

Realizamos también otras tareas como nuestra participación en el trabajo Pastoral de la Parroquia de Santiago de Coatepeque y participación en el Consejo Parroquial. Durante la pandemia hemos confeccionado mascarillas y gorros que se han puesto a la venta en nuestra propia casa.
Como Congregación hemos cumplido nuestra misión en el municipio de Coatepeque teniendo presencia a lo largo de los años de presencia, en las más de 50 comunidades del Municipio a través de las diferentes acciones que hemos realizado a nivel parroquial, a nivel de las pastorales de salud, social y de la mujer y a nivel de la clínica parroquial y la óptica.

Nuestro trabajo nos ha permitido contar con un reconocimiento y credibilidad no solamente de parte de las comunidades quienes han encontrado esperanza en el trabajo que realizamos, sino también de las organizaciones, instituciones y personas particulares del municipio quienes valoran y apoyan el trabajo realizado y el que se continúa promoviendo actualmente.

En todos los proyectos hay implicación activa de jóvenes como animadores juveniles que asumen un compromiso en sus propias comunidades. También hay una fuerte implicación de laicos adultos como animadores de salud para lo que han sido capacitados para atender ésta área en sus comunidades.
En los últimos años ha sido muy importante dentro de los proyectos, la sensibilización en el cuidado del medio ambiente, concretamente el proyecto de estufas tiene la finalidad de sensibilizar en el uso responsable de la leña y el cuidado ambiental.

En tiempos de pandemia el trabajo ha sido difícil, pero se han buscado las alternativas para poder avanzar y no dejar de trabajar sobre todo en los temas que son prioritarios. Hay muchas necesidades aun y hay que seguir trabajando, esperando que pronto las condiciones los permitan.

No podríamos realizar estas actividades y lleva adelante todos los proyectos si no es a través de redes de solidaridad apoyos, varios de ellos son grupos internacionales. También tenemos apoyo económico de personas particulares y, desde luego de la Congregación, a través de la Fundación “Trabajo y Dignidad”.

La Pandemia no ha apagado nuestra esperanza, seguimos caminando.


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