Fratelli Tutti
Un regalo para la Iglesia y para la humanidad, que acogemos con el deseo de profundizar, orar, dejar que cuestione nuestra vida.
Un regalo para la Iglesia y para la humanidad, que acogemos con el deseo de profundizar, orar, dejar que cuestione nuestra vida.
La espiritualidad ha cobrado un gran interés en la actualidad, tanto en el mundo como en la Iglesia. Los últimos y profundos cambios o mutaciones que estamos viviendo, con sus posibilidades y exigencias de construcción de un futuro más humano interpelan a todos los seres humanos.
El pesebre, la cueva, Belén y Nazaret forman parte del mismo misterio del Verbo Encarnado. Tanto Nazaret como Belén, el pesebre y la cueva son referencias simbólicas sin las cuales no podemos hacer orar el Evangelio, ni plantearnos la misión en profundidad.
La espiritualidad ignaciana y butiñana nos ayudan a profundizar en estos tres aspectos, fundamentales en nuestra vida cristiana.
Una actitud en la vida característica de la espiritualidad josefina, que tiene mucho que aportar en nuestro tiempo.
Al comienzo de cada curso, conviene situarnos, compartir deseos, expectativas, dones y tareas. Un proyecto de grupo nos ayuda a caminar.
Galilea, año 0. «Fue enviado el Ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret…» (Lc 1,26-27).