Llamadas y enviadas

Somos tus hermanas, Cristo Jesús, elegidas
para ser tus compañeras en el trabajo y proclamar tu mensaje de salvación
desde el suelo polvoriento del Taller:
mensaje de vida, buena noticia todos los días,
fuerza salvadora de Dios Padre para el mundo del trabajo.

Queremos usar con eficacia y cariño
todas las herramientas que Tú, Jesús Obrero,
nos proporcionas, para que podamos ganarnos el pan con nuestro sudor,
revistiendo la materia, la historia, de espíritu.

Deseamos servirte en el Taller,
trabajando y alabando con asiduidad y alegría,
listas para ofrecer juntas tanto los sueños y utopías como las fatigas.

Señor Jesús, aún no hemos soportado mucho por tu Evangelio.
¿Dónde están las estrecheces de Nazaret,
los trabajos agotadores, o la humillación
de no tener asegurado un trabajo digno y estable?

Cuando estas cruces se alcen en nuestro Taller,
haz, Señor, que sepamos aceptarlas con entereza y sencillez
y que el «amor mutuo y afectuoso» nos evangelice,
nos disponga cotidianamente a celebrar
en el altar comunitario la Pascua de la vida…

Jesús Obrero, escándalo para muchos
y locura para muchos más, en tu vida oculta del Taller
está nuestro Principio y Fundamento,
somos felices de poseer ese lote que heredamos.

Mas nuestro saber es limitado,
limitada nuestra capacidad de hablar y actuar en tu Nombre
y de contagiar a otros la urgencia por edificar el Reino
alabándote en el trabajo y promoviendo la fraternidad.

Jesucristo, Tú que eres nuestro bien,
ven en ayuda de nuestra debilidad
para que nuestras vidas puedan reflejar
la compasión, la solidaridad y la ternura
que sientes hacia la humanidad.

Mª Jesús Aguirre fsj