De buena madera
La casa estaba en silencio, era demasiado temprano para despertar, pero José estaba en su tarea desde hacía unas horas. Cuando se fue al paro decidió retomar una afición que terminó convirtiéndose en su oficio.
El diálogo
«¿No sabían que me tengo que ocupar de las cosas de mi Papito Celestial?» Esas eran las palabras que resonaban en la cabeza de José, después de haber vuelto y encontrado a Jesús en el templo, y les volvió el alma al cuerpo a los dos, a María también.
El padre silencioso
Ring…ring… ring…
– ¿Es la residencia «Las Jaras»?
– Sí, ¿en qué le puedo servir?
– Por favor, ¿podría ponerse el señor Pepe Paderborn?
El sueño de Berta
Berta vivía en un pueblecito pequeño de montaña, abierto a los pueblos de alrededor, con su escuela, Iglesia, alcalde, médico y una vecindad de religiosidad heredada. Había una biblioteca que salía al paso de muchos deseos de adquirir conocimientos…
Un día en Nazaret aceitunero
El descanso del silencio, el canto del grillo, el chasquido cuando el viento choca contra esa ventana rota, atascada, bien encajada con viejos trapos, para que no deje pasar el frío…
Entra, o que vês?
Jesus, Maria e José. É Nazaré… Lugar de acolhida. Casa do Pão vivo!- Manancial, seiva da Vida… Nazaré é porta aberta de entrada para ver, sentir e viver.
La Nueva Alianza
Esto ocurría un sábado por la tarde, en Nazaret, cuando José y María con el niño, volvían de hacer su oración y escuchar la enseñanza del rabino en la sinagoga, sobre la palabra del profeta Jeremías.
Oración a José
Necesitamos, José,
reencontrarnos con tu historia,
acercarnos a tu vida en Nazaret.
Desde donde nuestras dificultades,
no le ganen a nuestras ganas de caminar
para acercarnos a quienes más lo necesitan.
Desde donde nuestro lenguaje,
no se llene de gritos y palabras vacías,
sino de verdad, y sea en diálogo fraternal.
Desde donde nuestro silencio,
no sea sinónimo de aceptación o liviandad,
sino una forma de dar paso a lo arrollador de una acción.
Necesitamos, José,
que nuestro trabajo nos ayude a crecer
en equilibrio con nuestra Casa Común.
Que nuestro trabajo lleve dignidad.
Que nuestro trabajo sea oración y medio de santificación.
Necesitamos, José,
acercarnos más a tu vida desde Nazaret.
Mariana Roel
Burzaco (Argentina)