José, peregrino y emigrante

Caminar de la mano de Dios

«La Sagrada Familia tuvo que afrontar problemas concretos como todas las demás familias, como muchos de nuestros hermanos y hermanas migrantes que incluso hoy arriesgan sus vidas forzados por las adversidades y el hambre. A este respecto, creo que san José sea realmente un santo patrono especial para todos aquellos que tienen que dejar su tierra a causa de la guerra, el odio, la persecución y la miseria».

Papa Francisco, Patris Corde

 

Emigrante por fuera y por dentro

Los Evangelios nos hablan de una peregrinación hecha por caminos geográficos, pero la mayor y mejor peregrinación de San José fue la interior. José caminó del Antiguo al Nuevo Testamento; de Yahveh a Dios Padre, el que se le revelaba en su Hijo de Nazaret, hecho existencia cotidiana ante sus ojos.

Como nosotras, no encontró marcado y trillado el camino, porque no se poseen los modos de estar con Dios, de seguirle y de servirle. San José estuvo abierto a la sorpresa de Dios, a veces, desconcertado por Dios.

El camino de fe de San José se hizo en la realidad de la vida, en el trabajo sencillo, y le condujo al encuentro con Dios en la historia que le tocó vivir.

Acercarnos hoy a este José, obrero y emigrante, como tantos trabajadores, nos invita a salir al encuentro de nuestra propia historia, allí donde la vida nos obliga a ir fuera de nosotros mismos y a peregrinar hacia Dios, en la esperanza de lo cotidiano.

Novena para caminar con José

Nueve actitudes, dimensiones, dinámicas en la vida de José… Contemplarlas, a lo largo de un camino de nueve días, nos ayudará a peregrinar por la vida como él. Y, al mismo tiempo a solidarizarnos con tantos hombres y mujeres emigrantes y peregrinos.